Arica, a 154 años de una catástrofe
A pocos días de cumplirse 154 años de aquel 13 de agosto, recordamos uno de los terremotos más grandes que azotó a nuestra ciudad, cuando aún se encontraba bajo la administración peruana. A fines de 1868, el sacerdote Miguel León y Aranibar, lo mencionaba como "el horrible cataclismo del memorable 13 de agosto". Igualmente, el diario El Morro de Arica, en 1901, señalaba que "los habitantes aún recuerdan horrorizados ese cataclismo". Los efectos del quiebre permanecieron en la memoria de varias generaciones que vivieron ese fatídico día.
Aquella tarde, el terremoto y posterior tsunami tuvieron consecuencias devastadoras porque destruyeron la mayoría de las construcciones de adobe, acabaron con las instalaciones públicas y provocaron una catástrofe demográfica. Todo quedó en lamentables condiciones y la población expuesta a los brotes de epidemias. A partir de estas ruinas, la reconstrucción de la ciudad consideró el edificio de Aduana, la iglesia de San Marcos, el Hospital San Juan de Dios, la estación del Ferrocarril Arica-Tacna, el muelle y la relocalización del Cementerio, entre tantas otras infraestructuras.
De ahí que muchas de las edificaciones que vemos en el cotidiano, justamente fueron planificadas en esos años y por causa de esta tragedia. En la actualidad, la elevada preparación de la comunidad, la norma altísima que cumplen los edificios y la gestión de este tipo de riesgo, sin duda representan una excelente base para hacer frente a estas situaciones. Si bien nuestra posición geográfica nos entrega un clima privilegiado, también al ubicarnos en el "cinturón de fuego del Pacífico" nos trae fenómenos sísmicos que forman parte de nuestro pasado.
Pablo Chávez Zúñiga
Doctor en Historia, Universidad de Chile