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Visita de líder demócrata a Taiwán tensa relación China-EE.UU. e impacta al dólar

Viaje de la presidenta de la Cámara de Representantes indignó a Beijing, que dijo que decisión puede tener "consecuencias desastrosas" y ordenó ejercicios militares. Washington le restó dramatismo y dijo que respeta criterio de "una sola China".
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Agencia EFE / L. R. C.

La relación entre Washington y Beijing llegó ayer a un nivel de máxima tensión con el arribo al aeropuerto Songshan del avión que llevó a Taiwán a la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, una visita que China había advertido que no toleraría.

El viaje remeció los mercados, generando que el cobre en la Bolsa de Metales de Londres cayera 1,41% para cotizarse a US$3,546 la libra. Ello derivó en que el dólar rompiera su tendencia a la baja de las últimas semanas en Chile y cerrara la jornada a 907 pesos, 15 más que lo que valía el lunes.

A su llegada, tras un viaje de siete horas en que evitó pasar por mar chino, Pelosi fue recibida por el ministro de Asuntos Exteriores de la isla, Joseph Wu Chao-hsieh, y por la directora del Instituto Estadounidense de Taiwán, Sandra Oudkirk.

Pelosi declaró en Twitter minutos tras aterrizar que su visita "honra el compromiso inquebrantable de EE.UU. con el apoyo a la vibrante democracia taiwanesa".

La demócrata añadió que su viaje "no contradice las políticas mantenidas desde hace un largo tiempo por Estados Unidos" y que su país "se opone a esfuerzos unilaterales para alterar el statu quo".

"Al viajar a Taiwán, honramos nuestro compromiso con la democracia y reafirmamos que las libertades de Taiwán y de todas las democracias deben respetarse", refrendó más tarde en The Washington Post. "Beijing ha intensificado de forma dramática la tensión con Taiwán", con el aumento de operaciones aéreas en la zona, ataques cibernéticos contra agencias taiwanesas e intimidaciones contra países que cooperan con la isla.

"Ante la agresión del Partido Comunista Chino, la visita de nuestra delegación del Congreso debe verse como una declaración inequívoca de que Estados Unidos apoya a Taiwán, nuestro socio democrático, mientras defiende su libertad", dijo.

Pese a lo anterior, Pelosi insistió que su viaje "de ninguna manera contradice" la posición de Washington sobre Taiwán, que desde 1979 apoya la política de "una sola China" y se opone a la independencia de la isla.

Se trata de la primera visita de un presidente de la Cámara de Representantes desde 1997, cuando el republicano Newt Gingrich la visitó.

Poco después del aterrizaje, el Ministerio de Defensa de China anunció "maniobras militares dirigidas" a "responder" a la visita.

La cartera explicó que dichas operaciones tienen como objetivo "defender decididamente la soberanía nacional y la integridad territorial" de China; y el Teatro de Operaciones del Este del Ejército chino notificó la organización de maniobras militares, marítimas y aéreas en el norte, suroeste y sureste de Taiwán.

La agencia oficial Xinhua anunció que los "importantes" ejercicios que se prolongarán desde mañana hasta el domingo en cinco áreas y comprenderán prácticas con fuego real e incluirán el cierre del espacio marítimo y aéreo.

En otro comunicado, el Ministerio de Asuntos Exteriores expresó su "condena enérgica" y acusó a EE.UU. de "socavar la soberanía y la integridad territorial de China" y de "desestabilizar el estrecho de Taiwán", agregando que ha presentado "protestas fuertes y solemnes" a Washington.

La Cancillería china interpretó que con la visita Estados Unidos rompe su compromiso de limitar a "relaciones no oficiales" sus contactos con Taiwán y reiteró que Beijing "siempre se ha opuesto a que congresistas estadounidenses visiten Taiwán", acciones que, según el gobierno, "el ejecutivo estadounidense tiene la responsabilidad de impedir".

Como ya dijo el presidente Xi Jinping a su homólogo Joe Biden la semana pasada, la Cancillería avisó que "los que juegan con fuego se acaban quemando (...) La visita, en cualquier forma, es una gran provocación política".

La portavoz de la Cancillería china, Hua Chunying, apunto que es "difícil imaginar una acción más temeraria y provocadora" que el viaje, al tiempo que extendió la posibilidad de "consecuencias desastrosas si Estados Unidos se equivoca en su juicio" no solo para Taiwán, sino para la "prosperidad y seguridad del mundo entero".

La Casa Blanca replicó que "no hay ninguna violación o problemas de soberanía" con la visita.

Su coordinador de Comunicaciones del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, dijo en CNN que su país no apoya la independencia de Taiwán, reafirmó la política de "una sola China" defendida por Beijing, quiso restar importancia al viaje y añadió que no les intimidan "las amenazas".

Kirby recordó que EE.UU. ha visto esta "retórica belicosa" de China en el último tiempo y una actividad militar china "más agresiva, más coercitiva" cerca del estrecho de Taiwán, a lo que agregó que con su Gobierno "tenemos cinco o seis tratados de alianza en el Indopacífico, nos tomamos esos compromisos en serio y vamos a seguir haciéndolo", remarcó.

Kirby estimó que no hay motivo para que la visita se convierta en una crisis o que sirva de pretexto para que China lleve a cabo alguna acción militar, porque EE.UU. no ha cambiado su política hacia Taiwán.

Desde Rusia la portavoz de Exteriores María Zajárova planteó que la visita es "una clara provocación en línea con la agresiva política de EE.UU. para contener multilateralmente a China (...) China está en su derecho de adoptar las medidas necesarias para la defensa de su soberanía e integridad territorial".

1 997 visitó Taiwán el presidente de la Cámara de EE.UU. Newt Gingrich (republicano).