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Cómo valoramos las experiencias

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Las experiencias tienen un valor y un significado especial en la vida de las personas, quienes están dispuestas a invertir en ellas más que en bienes materiales. Así lo grafican recientes datos recopilados por Mastercard en 2021, los que confirman una realidad que se venía experimentando, incluso, desde antes de la pandemia: las personas, más que lo material, disfrutan el "compartir" ese objeto.

De acuerdo a esta información, un 61% de las personas dijo que priorizan las experiencias por sobre la obtención de posesiones materiales, y un 69% señaló que se han vuelto más reflexivos sobre los tipos de actividades en las que se han involucrado durante los últimos dos años de pandemia. "Además, las experiencias son vistas como una forma de reducir las tensiones diarias: el 85% de las personas declaró que hacer cosas que les reporten alegría los ayuda a aliviar el estrés. Por otra parte, vemos una apertura a experiencias de todo tipo, no sólo aquellas que son irrepetibles: el 72% cree que las experiencias no necesariamente tienen que ser únicas para ser significativas. Y, además, el 65% de las personas dijo participar de experiencias que los conectan con otros, lo que habla de que las experiencias deben apuntar al encuentro social entre los individuos", especifica Patricia Merino, directora de Marketing & Comunicaciones Mastercard Cono Sur.

La compañía reconoce que las experiencias son más importantes que las cosas y, desde hace más de 20 años, trabaja bajo el concepto de Priceless ("no tiene precio"), el que se ha convertido en un facilitador para que sus clientes vivan estas experiencias. Para ello, ha desarrollado una plataforma a nivel global, que incluye diferentes pasiones que mueven a las personas, tales como la gastronomía, viajes, entretención, arte y cultura, entre otras, y que también se pueden compartir con familia o amigos.

Ahondando en los cambios o nuevos patrones que se observan en los consumidores a nivel local, desde Mastercard indican que en el caso de Chile se ha visto una apertura generalizada hacia nuevas tendencias de consumo, de la mano del gran alcance que tiene internet en la vida de los chilenos. Un cambio relevante ha sido la mayor valoración de parte de los consumidores de las experiencias ligadas al aprendizaje de nuevos temas y disciplinas. Y las cifras lo reflejan claramente: los consumidores tienen más intención de experimentar cosas nuevas (56%) y aprender nuevas culturas (40%) en los últimos dos años.

Durante 2021 la compañía ofreció experiencias ligadas al aprendizaje de distintas disciplinas y actividades recreativas, como clases de mixología y maridaje, otras experiencias pensadas en los niños y también sesiones de jazz. El objetivo fue acompañar a los tarjetahabientes a vivir experiencias únicas y demostrar que no necesitan viajar ni salir de sus casas para disfrutar de pequeñas cosas. Esta oferta va en concordancia con lo que se observa en el chileno de hoy: ganas de aprender sobre distintos temas, contar con entretención sana y poder acceder a material que enriquezca el día a día de toda la familia.

Para más información, visita: www.priceless.com

Modelo de cuatro partes

Por un mercado más competitivo, inclusivo e innovador

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Óscar Lazcano Vidal

En Chile, desde el año 2016 en adelante se iniciaron una serie de cambios legales y normativos para fomentar la competencia en la industria de medios de pago. El año 2020 se produce la adopción masiva de un modelo de cuatro partes, en el cual se separa el rol del emisor de la tarjeta (banco, casa comercial, Fintech) del rol del adquirente, que es el encargado de procesar los pagos y permitir que el comercio los acepte.

Las otras dos partes del modelo siguen siendo el usuario de la tarjeta y el comercio. De esta manera, ya no hay un solo gran participante en el mercado de adquirencia, como ocurría en el sistema anterior.

En este modelo de cuatro partes existe un pago que debe realizar el adquirente al emisor de la tarjeta, el cual se denomina tasa de intercambio. De acuerdo con la legislación vigente, los límites de estas tasas son fijados por un Comité Técnico, conformado por el Ministerio de Hacienda, el Banco Central, la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) y la Fiscalía Nacional Económica (FNE).

"Este comité publicó su primera resolución en febrero de este año, de manera que se trata de una experiencia muy reciente, cuyos efectos están aún en evaluación y ocurren en un mercado que está en constante y rápida evolución donde, además, los cambios se aceleraron con la pandemia y donde todavía existe escasa información para tomar decisiones que son complejas", comenta Hermann González, economista y coordinador Macroeconómico de Clapes UC.

En este contexto, podría pensarse que lo mejor sería que estas tasas de intercambio fueran las menores posibles. Sin embargo, la fijación de una tasa de intercambio baja "podría inhibir la competencia excluyendo a los competidores o inhibiendo la entrada de nuevos actores en el mercado de la emisión de medios de pago y actuar en la dirección opuesta de uno de los objetivos que se busca con esta fijación; lograr un mercado competitivo, inclusivo, transparente y con fuerte penetración", puntualiza el especialista de Clapes UC.

Factores determinantes

Respecto a los factores que debieran considerarse como preponderantes a la hora de determinar las tasas de intercambio, los especialistas coinciden en que este aspecto debe mirarse desde la perspectiva tanto de las implicancias para los comercios, como para los propios consumidores.

En relación con las regulaciones que vive hoy la industria de medios de pago, donde el desarrollo de las transacciones electrónicas que incentivan una mayor competencia experimenta hoy un momento importante, Claudio González, docente de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile (FEN) y Director de Inversiones de GH Capital Invest, considera que la tasa se ajustará en el mediano plazo "producto de la amplia variedad de alternativas de pagos electrónicos con los que hoy cuentan los consumidores y con los que contarán en el futuro. De hecho, ya el propio Banco Central ha planteado la posibilidad de una moneda virtual, lo que hará aún más competitivo el sistema de pagos", finaliza el académico.