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Ahorrar para la vejez
Pensando en el actual cuestionamiento del sistema de pensiones, recuerdo que mi padre siempre me decía que lo más importante en la vida era ahorrar en forma sistemática. En ese tiempo el lema era "centavo a centavo los pesos se juntan solos." La idea era buena, pero en aquel tiempo la inflación jugaba en contra de los ahorristas y tanto trabajadores en servicio activo como jubilados veían mes a mes como el dinero se les diluía como si fuera sal vertida en el agua.
Cuando en la década de los 80 se implantó el sistema de administradoras de fondos de pensiones, los beneficios ofrecidos por el nuevo orden resultaban realmente atractivos, frente a lo que entregaban las cajas de previsión tradicionales. En efecto, las AFP ofrecían un sistema con cotizaciones más bajas, flexibilidad para elegir el plan de jubilación, mayores márgenes de capitalización y, lo más importante, libertad del afiliado para cambiarse de administradora si así lo deseaba. Esa fue la clave para el éxito de la venta del sistema. Hoy, a 40 años del cambio, lo prometido nunca se cumplió y los afiliados no ocultan su indignación, molestia que se tradujo en el slogan NO + AFP, que graficaba el descontento que impulsó las marchas que antecedieron el llamado estallido social de 2019.
Lo que cabe preguntarse es cómo aún hay quienes defienden el sistema creado durante la dictadura, arguyendo que es mejor que un sistema de reparto compartido con el Estado, donde el dueño de los fondos no es éste, sino el cotizante. Al respecto, tal como lo dice el texto contenido en el borrador elaborado por la convención constitucional: Chile tendrá un sistema de seguridad social público, cuyo funcionamiento será establecido por leyes que emanarán del Congreso Nacional, y cuyo financiamiento será compartido por el Estado mediante ingresos de largo plazo, conjuntamente con las cotizaciones de los trabajadores y el aporte de los empleadores.
Dicho esto y ante la gran duda que aun existe respecto del futuro de los fondos aportados por los pensionados, es necesario actuar con pragmatismo y valorar la participación del Estado, como garante en el sistema que se propone.
La pregunta es si será posible también ahorrar en forma paralela, para crear un tercer pilar de recursos, que se sumen a las jubilaciones, creando un sistema de ahorro popular, donde cada peso ahorrado voluntariamente, sea bonificado, para que así - como decía mi padre - peso a peso, las lucas se junten solas.
"La pregunta es si será posible también ahorrar en forma paralela".
Jaime GómezDouzet, Doctor en filosofía