La presión que ha tenido actualmente el sistema de salud chileno durante la pandemia por COVID19 ha puesto a prueba la capacidad resolutiva que tienen los centros de salud para poder entregar una atención de calidad a los pacientes con VIH quienes necesitan sus controles médicos, exámenes y tratamiento mensualmente. Estos usuarios, además, tienen un alto riesgo de contraer SARS-CoV-2, por lo que la interrupción o retraso de sus tratamientos y controles médicos, los ha expuesto a mayor vulnerabilidad.

Estos dos años de pandemia han tenido un gran impacto negativo en la detección de nuevos casos de VIH, por la falta de acceso a exámenes de diagnósticos, consultas médicas y el retraso en la entrega de las terapias. Concomitantemente, la infección por SARS-CoV-2 tiene impacto en la calidad de vida de las personas, ya que afecta no solo su bienestar, sino que también al ámbito económico y social en el cual se desenvuelven, principalmente a aquellos que viven en estratos socioeconómicos más bajos.

El escenario actual se ve bastante complejo con el aumento de los casos de COVID19 diariamente, sin embargo, las instituciones de salud juegan un rol fundamental ya que éstas deben garantizar la continuidad de atención en las personas que viven con VIH y como no, mantener los programas de prevención y detección de nuevos casos.

Para hacer frente al escenario actual se requiere generar estrategias para mantener la salud y calidad de vida de las personas que viven con VIH, entregando apoyo multidisciplinario con el objetivo de no retrasar la entrega de la terapía, mantener controles médicos y por último, hacer frente a las nuevas detecciones de VIH en la población.

Camilo Silva Sánchez

Estudiante Doctorado en Ciencia de Enfermería

Universidad Andrés Bello

Chile está atravesando cambios sustantivos y profundos. El estallido social, sumado a la crisis global que trajo la pandemia, contribuyó a una profunda transformación del país y, en consecuencia, de las personas y consumidores.

Este contexto exige a las marcas ir más allá: ser innovadoras, tener un propósito relevante y asumir de forma ineludible su compromiso con la sociedad, la cultura y el medio ambiente. Es aquí donde las "marcas ciudadanas" cobran un valor fundamental, al poner a la sociedad en el centro del negocio.

Durante estos últimos años, el gran desafío del mundo de la publicidad ha sido tomar conciencia de los profundos cambios sociales que han venido ocurriendo en el país. Es necesario adaptarse a un nuevo escenario, donde no solamente cambian radicalmente las preferencias de los consumidores, sino que también lo hacen sus aspiraciones, expectativas, opiniones, y por supuesto, su relación con las marcas.

Alejandra Ferrari

Directora ejecutiva

Asociación Chilena de Publicidad (ACHAP).

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