Editorial
Un delito que demanda acciones
Hace unos días, el alcalde de Arica Gerardo Espíndola en una conversación con el sitio SoyTV, manifestó su preocupación por la instalación del crimen organizado en nuestra región, y en Arica. El edil comentó que las características de los últimos homicidios, sus vinculaciones y motivaciones, dan cuenta de una dinámica delictual nunca antes vista en la zona.
Para el jefe comunal ariqueño, la clave, el punto de partida de los actuales problemas de seguridad más serios en la ciudad radican en el tráfico de migrantes. Un delito que ha experimentado un alza impresionante en los últimos años, y que se agudizó especialmente durante este periodo de pandemia.
Una nueva evidencia de esto se presentó este miércoles cuando la Fiscalía y la Policía de Investigaciones dieron a conocer los primeros resultados de una investigación que permitió desbaratar lo que sería una banda de tráfico de personas.
Según las primeras investigaciones, el grupo operaba bajo la fachada de una agencia de turismo, que se encargaba de internar al país a sus víctimas de manera irregular y cobrando dinero. De esta forma, se estima que más de 1.700 migrantes fueron ingresados a Chile de manera clandestina.
Este tipo de procedimientos muestra una vulnerabilidad fronteriza que se debe solucionar. Es por eso que el anuncio realizado en su mensaje de este miércoles por el presidente Gabriel Boric, sintoniza con necesidades urgentes de zonas extremas y particularmente de la nuestra.
El aumento de recursos para la seguridad junto con un reforzamiento del trabajo destinado a regularizar la migración, son fundamentos para evitar la instalación de una dinámica delictual que se abre como un abanico con peligrosas oportunidades de inquietantes alcances.
Es el momento ahora de poder poner freno a esta peligrosa situación que se desencadena no sólo en nuestra región, sino en buena parte del norte. Se debe terminar con la explotación de personas, el abuso de quienes están viviendo un drama humanitario y el aprovechamiento de un problema social internacional que requiere, además, del compromiso real de los países vecinos.
"El tráfico de migrantes es cruel, al aprovecharse de un drama humanitario para generar inseguridad".