Editorial
Hoyos en las calles
Si de las calles de Arica se trata, hay mucho trabajo por hacer a la hora de hablar de su mantención y sobre todo, de reparaciones. Si finalmente la apuesta será por dar facilidades al sobredimensionado parque automotor que tiene la ciudad, lo mínimo que se debe hacer entonces, es reparar y mejorar calles y avenidas, muchas de las cuales cuentan con hoyos verdaderamente históricos, algunos de los cuales suman meses y hasta años.
Cada año, miles de conductores ariqueños pagan su permiso de circulación esperando que este pago, signifique tener vías de calidad y que no sean estas mismas calles, llenas de hoyos e imperfecciones, las que castiguen a sus vehículos que después son rechazados en el proceso de revisión técnica.
Esta imagen no representa del todo a la realidad. Las calles no son de exclusiva responsabilidad de los municipios y los recursos que se perciben por el Permiso de Circulación van en parte importante al Fondo Común Municipal que se reparte a las comunas de todo el país. Sin embargo, sí se puede razonar que pagando estos permisos y un impuesto como el Específico a los Combustibles, se puede esperar tener calles de calidad.
La página de Al Día, que cada jornada aparece en este Diario, refleja con mucha frecuencia el mal estado de muchos pavimentos, Algunos de ellos, han sido reparados o reconstruidos sólo con meses de anticipación antes de que vuelva a aparecer un hoyo.
Otros, registran eventos que a razonamiento de un ciudadano común, no se entiende cómo lleve tantos años en el lugar, sin que nadie, ni servicios públicos ni menos los privados, se hagan cargo. En general, queda la sensación ciudadana de incredulidad respecto a la facilidad que existe para romper un pavimento, y las enormes dificultades que se pueden apreciar a la hora de repararlos.
No se trata sólo de comodidad. Tiene que ver con calidad de vida y hasta con seguridad, en medio de una ciudad atochada de vehículos. Tiene que ver con fiscalización y con la sensación de que al final, cualquiera hace un hoyo, rompe una calle, sin que luego haya una respuesta por aquello.
"No se trata sólo de comodidad. Tiene que ver con calidad de vida y hasta con seguridad".