"Ya no estamos para amores cursi, como de colegio"
A punto de presentarse en la nueva versión de Lollapalooza, la estrella del trap nacional habla sobre su regreso a los escenarios tras la pandemia, la reconciliación con su colega Young Cister y su visión de las relaciones amorosas.
Rodrigo Castillo
¿Será calurosa la tarde de este viernes? Polimá WestCoast asegura que sí, pero su predicción no se basa en los pronósticos del tiempo. La temperatura, adelanta la estrella del trap nacional, se sentirá fuerte pasado mañana, a las cuatro y cuarto de la tarde, por la sencilla razón de que a esa hora él estará presentando su show en la jornada inaugural de Lollapalooza 2022 en la capital.
"El calor vamos a ser nosotros mismos, porque haremos un concierto inolvidable. Lo hemos estado preparando tanto tiempo, aunque siempre con incertidumbre, porque hasta el final no sabíamos si todo se iba a suspender por las condiciones sanitarias. Pero ahora, gracias a la voluntad de Dios, al fin vamos a volver al escenario y la gente va a poder volver a ir a este tipo de recitales, sin miedo, en un lugar abierto, para divertirse, desconectarse y escuchar buena música", anuncia este chileno con raíces angoleñas.
Polimá, quien ya en marzo de 2019 había actuado en Lollapalooza con un éxito avasallador, confirmando así que los ritmos urbanos habían llegado para quedarse, también tiene otros motivos para celebrar.
Además de la alegría que ha significado su reconciliación con Young Cister, su socio creativo de siempre, y del que se había distanciado por cosas de la vida, en los últimos días este cantante, compositor y productor ha visto el enorme entusiasmo que despierta la canción "Ultra solo", su más reciente hit.
El tema, que interpreta junto a su camarada Pailita, debutó hace tres semanas en plataformas digitales y rápidamente ha ido escalando posiciones en las listas de Spotify, donde registra nada menos que 370 mil reproducciones diarias.
"'Ultra solo' debutó en el puesto número 37 y ya está en el número 2. Y se hizo viral. Es una canción muy especial, porque habla de estar solo, pero también busca empoderar a la gente, porque es energética y para nada triste. Los jóvenes de ahora estamos en esa sintonía, porque en esta era moderna, tan virtual y tan rápida, ya no estamos para esos amores cursi, como de colegio, que se suponía que eran para toda la vida. Ahora se trata de estar uno solo contra el mundo, y más encima en un mundo que ha estado en pandemia", resume Polimá.
En otras canciones también has hablado de estar solo, o de renunciar al amor. Tienes un rollo con eso.
Esa ha sido siempre mi temática. Mi sello es el de los Brokeboi, que representa a jóvenes que no sienten un tabú al querer expresar sus emociones. Podemos llorar, siendo hombres, sin limitarnos por los prejuicios antiguos que significa ser hombre. Siempre hablamos desde el corazón, sin miedo a expresarnos.
¿Crees que en las canciones de antes se promovía una iidea muy irreal del amor?
Claro, antes se creaban unas expectativas muy poco realistas, porque nadie piensa en quedarse para siempre con la misma persona, y nadie sueña con casarse y tener hijos, y que la señora tenga que quedarse trabajando como dueña de casa. Eso es algo pésimo y ahora todos los seres humanos son libres para tomar sus decisiones. Nosotros estamos compenetrados con esta sociedad moderna, en la que ya nadie cree en esos amores de película, como los que cantaba Luis Miguel.
Tú también estuviste peleado, o distanciado de tu eterno socio Young Cister, pero ahora se reconciliaron. ¿Qué problema tuvieron y cómo lo solucionaron?
Bueno, hubo muchos factores que nos distanciaron. Hace dos o tres años, poco antes de que nuestra música diera frutos y llegáramos a firmar contrato con Sony, estábamos viviendo los dos juntos en la población Juan Antonio Ríos, en la comuna de Independencia, que es donde yo crecí. En esa época no teníamos ni para el pan, pero cuando empezamos a tener éxito de repente lo tuvimos todo. Fue algo muy repentino, y eso fue debilitando nuestra amistad. Pero ahora nos dimos cuenta que todo eso fue un error y nos pedimos perdón. Hemos cambiado, hemos madurado, y además sabemos que lo que hacemos juntos, cuando creamos música en el estudio, es algo mágico y que al menos a mí no me resulta igual cuando trabajo con otras personas.