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me ayudaba con comentarios. En ese momento estaba en un taller con Marco Antonio de la Parra ("Te amaré toda la vida"), iba saliendo apurado de la casa porque tenía que ir a Santiago a clases y me dice a la pasada "tu texto, qué maravilla, cómo escribiste eso, hablemos". Le dije "a la vuelta", ese es mi último recuerdo con ella: una conversación para toda la vida, qué le pasó con el texto, qué pensó… ese guion no lo he podido terminar, lo tengo ahí, parado.
-¿Y cómo volviste a tu casa ese día?
-En medio del caos. A ella le dio un infarto al corazón. Nuestras piezas estaban juntas, entonces teníamos una relación cotidiana también, de llegar en la noche y preparar algo de comer, por ejemplo. Cuando ella partió, necesitaba ordenar mis emociones porque estaba pasando mucho por mí y la sensación de vacío que me producía su pieza era muy grande, entonces empecé a mover los libros, me perturbaba mucho la quietud de ese espacio. Revisando, sin ningún sentido, encontré una bolsa con poemas inéditos y fue la manera de mantenerla viva en mí, así como su huella literaria, porque en el último tiempo ella igual se quejaba de que ya no la llamaban para publicar, pese a que siempre estuvo escribiendo, lúcida, hasta sus 84 años.
"Hacer este libro para mí también fue un modo de protestar, una analogía sociopolítica sobre que somos un país que no revisa las huellas que han dejado otros, caminamos no más", dice Luer, quien mantiene en su página web poemas escritos por él, donde en algunos versos se infiltran las métricas de Vial o sus temas, como la niebla, las cucharas, los canastitos de mimbre, los pequeños objetos cotidianos con que conviven los hombres. Actualmente trabaja en la publicación de su propio poemario "La línea cronológica".
-Llama la atención la rutina creativa de Sara Vial con ocho libros publicados, más los poemas inéditos -que suman casi 700 páginas- y quizás cuántos versos quedaron dando vueltas en su cabeza.
-En la antología hay poemas que los escribió cinco días antes de morir. Me interesaba dejar eso en el libro, su último aliento, porque hablaban ya de lugares espirituales, metafísicos. "Soneto a mis amigos muertos" (se titula uno de ellos) habla de que la muerte estaba muy presente, como si la hubiese visto venir. Ella era súper esotérica, intuitiva también.
-La edición, visualmente, es muy colorida, ondera, igual que Vial y Bombal, que en las fotos aparecen con sus ropas de época, muy estilosas.
-No dejaba que nadie entrara a su pieza si no estaba con los labios pintados, hasta el último tiempo. Su gran sufrimiento era el pelo, y su depresión también era porque siempre fue alguien muy cool, llena de anillos, aros largos. Incluso ya de edad usaba unas ruanas gigantes, le encantaban. Aprendí eso también de ella, la fuerza de lo estético, irradiaba, causaba mucha impresión.
"Sara Vial, obra poética reunida"
"Antología de José Antonio Luer Ediciones Altazor 677 páginas