Editorial
El covid-19 y el fútbol chileno
El fútbol chileno ha sumado en las últimas fechas a otro protagonista: El covid-19. Hace algunos días, Universidad Católica y Colo Colo se vieron afectados de manera directa o indirecta por la pandemia. El más complicado fue el cuadro albo, luego de que se confirmaran casos positivos y el plantel adulto tuviera que entrar en cuarentena, a lo que pronto se uniría también el juvenil.
Mientras en el caso del cuadro universitario todo se restringió a algunos contactos estrechos, en el caso del "cacique" los casos hicieron que tuviera que enfrentar uno de sus compromisos con un equipo alternativo, el juvenil, y que posteriormente se determinara la suspensión de otro de sus compromisos, porque también se registraron casos que afectaron este cuadro más joven.
San marcos de Arica también estuvo dos fechas en cuarentena debido a contactos estrechos y posteriormente casos positivos en la institución, una situación que fue favorablemente controlada y en lo deportivo, asumido con una responsabilidad y profesionalismo admirables por parte de su equipo Sub-21.
Ayer, se dieron a conocer nuevos casos en dos clubes de la Primera División. Según se informó se trataría de deportes Antofagasta y Palestino, los que se suman a las instituciones que han tenido que hacer frente a este nuevo rival que es el coronavirus.
El fútbol chileno estuvo suspendido por casi cinco meses. A mediados de marzo de 2020 se detuvieron todos los campeonatos debido a la llegada del virus al país. La suspensión indefinida significó que recién a fines de agosto volvieron los campeonatos mayores.
El regreso fue con una serie de restricciones y protocolos. De hecho, se jugó sin público durante meses, con la idea de reducir al máximo las posibilidades de que se registraran contagios a partir de esta actividad.
Sin embargo, ya con la vacunación en marcha, con el regreso del público e incluso, con el aumento en los aforos, el escenario pareciera complicarse, incluso en las graderías, donde la distancia física prácticamente ha desaparecido. El fútbol chileno necesita revisar sus protocolos y fiscalizarlos rigurosamente.
"Con el correr de los meses, la situación sanitaria de esta actividad se ha ido marcando por casos y suspensiones".