Cuando cumplí con mi servicio militar, en el curso especial de estudiantes, durante 3 meses, en el Regimiento Rancagua de Arica, en el año 1955, éramos alrededor de 104 estudiantes. Llegamos el 1 de Enero de ese año. Y durante ese tiempo nos enseñaron todo lo necesario para defender la Patria: Disciplina, Respeto, Instrucción militar (uso de las armas) y formación. Allí aprendimos lo que es el Amor a la Patria y realizamos la jura de la bandera.
El Presidente de Bolivia don Víctor Páez Estensoro se juntó con don Carlos Ibáñez del Campo y nosotros desfilamos ante ellos, frente al Morro de Arica. Nuestros padres fueron a vernos. Aún recuerdo alguna de las canciones que nos enseñó el Cabo Chipopo: "En el combate solo no estoy, tengo un camarada, desfilamos los dos, y si caigo en el combate, juntos dormiremos mi fusil y yo y si caigo en el combate juntos dormiremos mi fusil y yo".
Antes de ser licenciados a 20 estudiantes nos ofrecieron la carrera militar, pero no pudimos aceptar porque teníamos que continuar con nuestros estudios. Yo personalmente, tenía que ingresar a la Escuela Normal José Abelardo Núñez, donde me licencié de "Profesor de Educación primaria urbana". Éramos más de 200 estudiantes y nos licenciamos el 16 de Octubre del año 1956. Aprovecho de saludar a mis compañeros de todo el país y les deseo que hayan tenido un buen día del profesor. Mis primeras armas las hice en el Politécnico de Menores de San Bernardo, donde aprendí mucho, pues mis colegas me enseñaron bastante y los alumnos también.
Les cuento todo esto que me trajo al recuerdo "El Soldado Desconocido", cuyos restos serán depositados en un lugar que se comunicará públicamente, es lo menos que podemos hacer por un soldado que ofrendó su vida por la bandera tricolor.
Fueron los mismos campesinos que en el sur de Chile, dejaron la pala, la picota, la carretilla y se prepararon para alistarse en el ejército a defender la patria, cuando el grito de: ¡¡¡Mataron al Capitán Prat!!! se escuchó en toda la zona Sur y ante la necesidad de defender la patria y vengar la muerte de tan honorable oficial de la marina estaban dispuestos a vengar su muerte. Como recuerdo de tan importante Holocausto, tenemos el acorazado El Huàscar, en cuya cubierta muriò el Capitàn Arturo Prat , acribillado a balazos, despuès del grito : "¡Al abordaje muchachos! Y si muerto, mis oficiales sabrán cumliir con su deber!!!.
Así fue como yo visité el Huáscar y vi el lugar donde había muerto don Arturo Prat Chacón Q.E.P.D.
Jorge Díaz Pacheco