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estaba desarrollando tampoco la dejaban dormir. Porque si no estaba en una obra de teatro estaba en sus diarios o novelas. Había una compulsión, no tenía horario".
"En las mañanas, dormía hasta tarde, 10 u 11 de la mañana, para retomar sus actividades después de almuerzo y continuar hasta tarde, solo paraba a comer", cuenta. Peter añade que "siempre tuvo a alguien que le llevara la casa, una persona que se encargaba de todo. Tomaba desayuno en cama, se daba su baño de tina de rigor -a ella no le gustaban las duchas- y ahí empezaba a revisar lo que aparecía en las noticias porque iba guardando una gran cantidad de recortes para archivos. Ella siempre escribía sentada en la cama, después el computador, y así pasaba horas de horas, hasta que pedía un tecito con algo".
Peter evoca los viajes al sur que hizo su madre para la escribir "¡Lautaro!": "Fue mucho a hablar con los mapuche históricos, los Lonco de la época, se quedaba varios días. Yo habré ido una vez o dos. Para su última obra grande, "Subiendo…, último hombre", escrita tras el cierre de las minas de Lota, también la acompañé, bajamos juntos a unos de los piques de la mina. Para esas obras que estaba investigando siempre la acompañaba alguien, alguno de nosotros, algún amigo que la ayudaba". "Subiendo…" fue montada cinco años antes del fallecimiento de Aguirre.
Para "¡Lautaro!", recuerda Carole, "ocupó un tercio del dinero que consiguió de la venta de un sitio, más parte del dinero del premio Eugenio Dittborn. La montó ella. No quiso hacerlo con la plata que daba la universidad".
Al día siguiente del fallecimiento de Isidora Aguirre, comenzaron sus hijos a reunir la obra. "Era su anhelo", dicen. Porque, como recuerda Carole, "ella se autoeditó y su clan familiar estaba todo involucrado. Ella misma pagaba la impresión, Peter ayudaba con la diagramación, un primo artista hacía las portadas. Hay incluso un libro que financió en gran parte la directora del colegio de mis hijas. Siempre se conseguía recursos para publicar, a ella le interesaba publicar, por sobre todas las cosas".
Por suerte, "Teatro completo" rompió con el habitual "Pago de Chile".