Fieles a sus tradiciones, vecinos de Azapa celebraron a San Miguel
Se trata de una celebración característica de la religiosidad y las raíces de la zona.
Redacción - La Estrella
Una tradición centenaria que se sigue llevando a cabo por la comunidad azapeña, es la celebración al patrono del poblado, San Miguel Arcángel, que se ha sostenido en el tiempo desde instantes que la comunidad, mayoritariamente de ascendencia afro, se arraigó en la zona.
En un oficio religioso, llevado a cabo en el frontis de la iglesia del poblado, productos hortofrutícolas y flores del fértil valle, conformaron las ofrendas, en que estuvieron presentes los bailes promesantes, junto a feligreses que llegaron para estar frente a la imagen del santo, y encomendarse para una buena cosecha, mejor producción y bienestar familiar, con mucho énfasis en el autocuidado producto de la pandemia.
El sol no fue obstáculo para los devotos al santo, quienes le siguieron en la tradicional procesión por las calles del poblado.
Legado afro
En el último tiempo, la festividad ha sido organizada por la Asociación de Bailes Religiosos de San Miguel, quienes mantienen viva la tradición del valle, que se espera perdure por mucho tiempo, según lo manifestado por Jacqueline Rojas , presidenta de la Asociación de Bailes Religiosos "y es emotivo vivir este día , muy especial para mi familia y muchas más, con ancestros afros, quienes de esta forma iniciamos una secuencia hasta culminar con la bienvenida que le damos a la patrona de Arica, a nuestra chinita, la Virgen del Rosario de Las Peñas".
En efecto, en su mayoría, cuando las condiciones sanitarias eran otras, y la frontera estaba abierta, las celebraciones empezaban ante el señor de Locumba ( 14 de septiembre) , en Moquegua, luego proseguía con San Miguel (29 de septiembre), y culminaban en Livilcar ( primer domingo de octubre), con el saludo a la virgen, constituyéndose las tres festividades en un potente mensaje de paz entre chilenos y peruanos, entendiendo la cantidad de devotos tacneños y ariqueños, entre bailarines, músicos y peregrinos.
Patrimonio
"Y esto es lo bello de estas celebraciones y la continuidad allá en los altos del santuario de nuestra madre, que espero algún día, en esta propuesta que han analizado las diócesis de Moquegua y Tacna, culminen como parte de un dossier y las festividades de Las Peñas y el Señor de Locumba, sean presentadas ante la UNESCO, y declararlas patrimonio de la humanidad", expresó la Consejera Regional, Ximena Valcarce.
"Esta celebración es la demostración más clara del sello de religiosidad afro característico en nuestro valle, que no tan solo es en nuestra zona, sino que abarca al sur del vecino país, lo que demuestra el hermanamiento que siempre ha persistido entre ariqueños y tacneños en torno a nuestros santos patronos", agregó Christian Báez, director de la ONG Lumbanga.
"Esta celebración es un sello distintivo de nuestro valle, de su gente, de las familias tradicionales, del culto a esas imágenes que llegaron como consuelo y respaldo para quienes en formo obligada llegaron a estas tierras, desarraigados de su natal África, pero que proyectaron sus creencias y forma de vida otorgándoles un valor agregado que no vemos en otro puntos del país", culminó el concejal Daniel Chipana.