Pese a la pandemia, continúa restauración de templos andinos
En Ticnámar y Belén, las comunidades y Fundación Altiplano siguen trabajando, en medio de la emergencia por el COVID.
Redacción - La Estrella
"El templo es importante porque es el lugar más representativo del pueblo, tiene un rol trascendental. Con el terremoto del 2014, se vio con daños en su estructura, las paredes, techos y el campanario. Esta situación no puede seguir, por eso esperamos que se continúe con el trabajo de restauración del templo". Testimonios como el de Doris Condori, mayordoma mayor y presidenta del Comité de Mayordomos y Colaboradores del proyecto de restauración del templo Santiago Apóstol de Belén, fueron parte de la motivación para continuar con los trabajos de restauración en los templos de los poblados de Belén y Ticnámar, unas de las pocas iniciativas de este tipo que se mantuvieron durante la pandemia a nivel nacional.
Las restauraciones de ambos templos, mandatadas por el Gobierno Regional de Arica y Parinacota en el marco del Programa Puesta en Valor del Patrimonio (PPVP) de SUBDERE, sub-ejecutadas por Fundación Altiplano y coordinadas con las comunidades beneficiarias, representadas en sus respectivos comités de proyectos, iniciaron los trabajos a principios del 2020.
Una iniciativa de restauración es de por sí un desafío técnico y adaptativo muy difícil, para el que se debe contar con un equipo interdisciplinario y especialista que logre la confianza y participación activa de la comunidad. Una restauración en pandemia es algo inédito. Una vez decretada la emergencia, se tomaron acuerdos con ambas comunidades, organizadas en comités de proyectos, frente al temor de contagios en los poblados. Entre otras, se adoptaron medidas extremas como la sub-ejecución flexible de los proyectos, aprobada por el Gobierno Regional durante los peores meses de la pandemia. "En coordinación con la comunidad se solicitó una pausa parcial de operaciones, la que fue aprobada por el Gobierno Regional. Durante ese tiempo, que se alargó por 5 meses, se continuaron con trabajos fuera de los poblados y se mantuvo con empleo a las personas de comunidad que estaban contratadas. En el caso de Belén, se habilitó la Escuela Sarañani, en Arica, para restaurar bienes patrimoniales, realizar trabajos de carpintería y de arqueología, siempre con participación de la comunidad en puestos de empleo + aprendizaje", explicó Beatriz Yuste, arquitecta y jefa del proyecto en Belén.
Protocolos Covid
Tras la pausa parcial de operaciones, a petición de la comunidad, se reanudaron los trabajos en Belén y Ticnámar bajo un estricto protocolo COVID-19. En el caso de Ticnámar, Lucia Otero, arquitecta y jefa del proyecto en Ticnámar, explicó las medidas que solicitó la comunidad del poblado: "Cuando trabajamos en las restauraciones, convivimos con las personas del pueblo, pues son los emprendedores locales quienes proporcionan alojamiento y alimentación. Por ello, cuando estalló la pandemia, se conversó con la directiva del comité del proyecto y se propuso que, para que continuara la restauración sin estar en el pueblo mismo, se construyera un campamento en las afueras, lo que avalaron con cartas y firmas".
Las arquitectas señalaron que estas medidas, aunque necesarias, afectaron en el cronograma, costos y, muy especialmente, en la cercanía y el estrecho compartir que se genera en cada proyecto de restauración de Fundación Altiplano: "no pudimos tener tantos voluntariados y las personas pertenecientes a la comunidad estuvieron un tanto aislados de sus familias. Pero a medida que avanzaron las fases, pudimos realizar visitas y generar aprendizaje compartido junto a la comunidad, en escuela abierta", señaló Lucía. A esto se sumaron las reuniones mensuales para tomar acuerdos según el desarrollo de la pandemia, siempre de manera virtual.
En agosto del 2020, los trabajos se reanudaron por completo, lográndose terminar ambas restauraciones a fines de abril de 2021, con un esfuerzo excepcional del equipo a cargo y de las propias comunidades. Debido a las exigencias operativas y aumento de costos derivados de la pandemia, los proyectos fueron re-programados por Gobierno Regional, quedando algunas partidas pendientes, como las torres campanarios y pavimentos exteriores, que deben ser ejecutadas cuando Gobierno Regional termine proceso de ajustes en convenios y suplementaciones aprobadas por Consejo Regional (para Belén ya está aprobada). Este proceso se ha demorado por el cambio en administración regional. El Nuevo Gobernador regional, Sr. Jorge Díaz, ha instalado una mesa especial de trabajo para acelerar proceso y cumplir con el anhelo de las comunidades organizadas. Fundación Altiplano está colaborando voluntariamente, por el compromiso asumido con ambas comunidades.
Para Merita Huanca, emprendedora turística de Ticnámar, la restauración del templo y la conservación del patrimonio es una oportunidad para enfrentar una grave amenaza. "El despoblamiento de nuestros territorios ha sido masivo, pero ahora tengo mucho que agradecer, porque desde que se comenzaron a restaurar nuestros templos, la gente ha empezado a volver un poquito. Está quedando tan bonito, la gente está motivada, regresando a sus casas y está cambiando la figura de nuestro pueblo".