Editorial
El ejemplo paralímpico
En pleno desarrollo se encuentran los juegos Paralímpicos de Tokio 2020, un nuevo paréntesis de ilusiones, esperanzas y deportes en medio de la pandemia. Esta justa deportiva internacional se desarrolla después de los Juegos Olímpicos que resultaron tan esquivos para nuestro país en términos de resultados y medallas.
La pobre actuación del Team Chile en el mayor encuentro deportivo mundial, dio paso a una serie de análisis e incluso, sarcásticas publicaciones que ubicaban al deporte de nuestro país entre los mayores "no ganadores" de preseas del mundo. Sin embargo, y más allá de las consideraciones que tengan que hacerse respecto a la marcha de los distintas disciplinas olímpicas en nuestro país, junto con el análisis que se le va a ser de cada uno de los deportistas, el apoyo, recursos, inversión y respaldo que puedan o no haber recibido, hoy la atención está puesta en el equipo paralímpico nacional.
Chile presentó una delegación récord con 19 deportistas, y a estas alturas ya se puede hablar de que mejoró lo hecho por el otro Team Chile, al conseguir ya una medalla de oro durante la semana. El artífice de este logro fue Alberto Abarza, quien alcanzó este máximo galardón en la competencia de natación en los 100 metros S2 espalda masculino, coronando de esta manera un enorme trabajo de años, una lucha que no sólo tiene que ver con su desarrollo deportivo, sino que también con imponerse a una enfermedad degenerativa que lo consume día a día.
Por qué más allá de los resultados, estos juegos que se desarrollan hoy, en los mismos escenarios en donde hace algunas semanas compitieron deportistas con sus capacidades físicas e intelectuales elevadas al máximo, reúnen ahora a personas que han sacado a relucir lo mejor del espíritu humano, para decir que también pueden. Los integrantes de la delegación chilena hoy en Tokio, no sólo van tras la legítima gloria personal, sino que también van a mostrar la fortaleza que hay en el ser humano y la grandeza que existe detrás de los esfuerzos bien canalizados. Quizás, con cada actuación agradecen estas oportunidades que la vida da, y el regalo de entrar por esas puertas que se abren, cuando hay otras que se cierran.
"Estos juegos en Tokio reúnen ahora a personas que han sacado a relucir lo mejor del espíritu humano".