Deportes de alto riesgo
A los grandes desafíos y altísimos riesgos propios de su deporte, el chileno Juan Pablo Mohr, agregaba su estilo de honestidad y fidelidad a los principios de los escaladores fundacionales. Su principal hazaña consistió en ser el primer montañista en alcanzar la cumbre del Lhotse de 8.516 metros, sin oxígeno adicional ni sherpas, los guías cargadores originarios de la región.
Persistente en sus desafíos, el deportista que desapareció en febrero en el K2, en el cordón del Himalayas, y cuyo cuerpo fue encontrado, era reconocido internacionalmente por ser precavido en sus travesías, sin embargo, conocía el peligro latente.
Cuando en la infancia o juventud se inicia y adopta un deporte o cualquiera otra expresión de la motricidad humana, se va generando una creciente admiración, satisfacción, conexión y compromiso con su práctica. Al mismo tiempo, se adquiere un conjunto de valores, tradiciones, códigos, conocimientos, experiencias, sentimientos y lazos de afecto que enriquecen la vida personal y social del deportista en los entrenamientos, giras, campeonatos, intercambios, exitosos triunfos y heroicas derrotas.
Como en el caso de Mohr, el carácter de los grandes deportistas implica en su esencia, el superar oponentes y sus propios logros o marcas para lo cual va forzando cada vez más, su corporeidad y espíritu desafiando límites y pruebas que solo los más extraordinarios se atreven a enfrentar.
Actualmente existen muchas otras disciplinas de gran riesgo y alta exigencia física, cognitiva y actitudinal como el descenso de montaña en esquíes, el reto a olas gigantes en el Surf, gimnasia en aparatos, tanto femenina como masculina; kayak en rápidos, parapente, skate en superficies duras o nieve, descenso de cerros en bicicleta, Fórmula Uno, motos, etc.
También es posible encontrar modalidades de alta exigencia física y emocional, de bajo riesgo y sublimes en belleza, armonía y coordinación; así es como encontramos la Gimnasia rítmica femenina con implementos diversos, y el Nado sincronizado. Hemos visto lo ocurrido con Simone Biles en la final de gimnasia de las Olimpíadas de Tokio
También es necesario decir que otras disciplinas más tradicionales como el Fútbol, Vóleibol, Básquetbol, Atletismo, Tenis de mesa o Campo, pueden ser modificados y dosificados en sus exigencias.
Sin importar si es de alta competencia, de nivel principiante, intermedio o solo recreacional, siempre debe existir un conjunto de valores que hacen del deporte una actividad esencial y profundamente humana. Entre ellos, debemos destacar como irrenunciables el respeto, cooperación, relación social, amistad, competitividad, trabajo en equipo, convivencia, lucha por la igualdad, responsabilidad social, justicia, mantenimiento o mejora de la salud.
Dr.Carlos Román Urzzeñez
Profesor Carrera de Entrenador Deportivo
Universidad Andrés Bello