Editorial
Hitos patrimoniales
La zona centroandina, en Sudamérica, comparte un rico pasado cultural, cargado de tradiciones comunes y de una historia compartida que nos define y nos construye. En el caso de Arica, por ejemplo, esta historia se remonta a miles de años con la cultura Chinchorro, la que ha estado siendo lenta y paulatinamente rescatado y puesto en valor.
Y así como en Chile se busca relevar esta historia y su legado, hay hitos en nuestro continente que ya se han ganado un lugar en el patrimonio de la humanidad. Uno de ellos está cerca, en Perú. Machu Picchu es una obra maestra de arte, arquitectura e ingeniería en perfecta armonía con la naturaleza y resulta el legado más importante de la civilización inca a la humanidad.
En 1983 fue declarada por la Unesco patrimonio de la humanidad y en 2007 fue escogida en una votación global como una de las siete maravillas modernas, junto a la pirámide maya de Chichén Itzá, el coliseo romano, la muralla china y el Taj Mahal, entre otros.
Machu Picchu celebra este fin de semana los 110 años de su salto mundial a la fama, gracias al estadounidense Hiram Bingham, quien difundió al resto del mundo la existencia de este tesoro arquitectónico de los incas, convertido en la joya turística de Perú y una de las siete maravillas modernas.
Fue el 24 de julio de 1911 cuando Bingham llegó por primera vez a Machu Picchu. Pese a estar cubierta por la maleza, pudo entender la enorme importancia de los restos arqueológicos que tenía frente a sus ojos y la necesidad de ponerlos en valor y dar a conocerlos a nivel internacional.
Si bien se reconoce que lo que hizo Bingham, en Perú se explica que la ciudadela nunca estuvo realmente "perdida", pero en ese momento comenzó un punto de no retorno para su estudio y posterior proyección turística.
Hoy, este hito se encuentra tan protegido como amenazado por la enorme cantidad de visitas que recibe. Lo que paradójicamente habla de cómo los extremos son complicados: desde el olvido o el abandono del patrimonio, y en el otro extremo, cuando llegan a ser excesivamente visitados.
"Algunos luchan por levantarse y reconocerse; otro, por conservarse en medio de su enorme valoración".