Borde costero de Arica, una discusión pendiente
"Un área diversa que atrae a casi la totalidad de la comunidad ariqueña quienes lo reconocen como un espacio público identitario, democrático y accesible". "Pavimentación peatonal en mal estado, conflictividad peatón-ciclista-vehículo, mala calidad de edificaciones con concesión marítima, ciclovías que no cumplen con estándares exigidos y una discontinuidad que no permite recorrerlo de norte a sur".
Francisco Cooper, - Arquitecto urbanista
Arica desde el Humedal del Río Lluta hasta las Cuevas de Anzota, suma en total 18 kilómetros de extensión de borde costero que contiene una diversidad de usos que abarcan lo deportivo, recreativo, gastronómico, turístico, administrativo, militar, productivo, logístico e industrial. Un área diversa que atrae a casi la totalidad de la comunidad ariqueña quienes lo reconocen como un espacio público identitario, democrático y accesible a toda la población para el desarrollo de diversas actividades. Un área natural que recibe la desembocadura de dos ríos que le otorgan una rica y única biodiversidad al lugar.
Sin embargo, a pesar de ser el principal atractor de flujos de personas, no cuenta con la consolidación adecuada de alto estándar que merece un sector tan importante para la ciudad. Pavimentación peatonal en mal estado, conflictividad peatón-ciclista-vehículo, mala calidad de edificaciones con concesión marítima, ciclovías que no cumplen con estándares exigidos y una discontinuidad que no permite recorrerlo de norte a sur.
Todas estas situaciones tal vez producto de una nula planificación, falta de trabajo integral interinstitucional o sin volverse parte de la discusión pública y participativa desde la comunidad, se pueden mejorar al trabajar en conjunto y planificar su desarrollo en el mediano y largo plazo. Incorporar el tema del Borde Costero a la discusión local, establecer instancias de trabajo participativo y definir en conjunto qué es lo que queremos para la ciudad. Tal como realizamos hace unos años atrás desde el Plan CREO Antofagasta mediante una Mesa de Trabajo donde, luego de varios talleres de diagnóstico y catastro de usos existentes trabajados en conjunto con distintos actores, se elaboró un Plan Maestro de Borde Costero con el propósito de consolidarlo como un gran Parque Metropolitano. Se trató de un proceso colaborativo donde junto a actores desde la sociedad civil, educativa, deportiva, productiva e industrial, se logró el diálogo para una ciudad en común donde una serie de proyectos de borde mar han sido ejecutados de norte a sur. Aquí en Arica, si aunamos voluntades institucionales e incentivamos a la comunidad, es posible lograr algo similar. Pero se requiere bastante voluntad.
Este semestre, junto a la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile dentro del contexto del ejercicio académico, se trabajará sobre el borde costero de Arica y sin duda servirá como un gran aporte para activar una discusión pendiente dentro de la ciudad.
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