Imputado por el crimen de Emilio cumplía condena por violar a niño
El hombre junto a otro quedaron en prisión por abusar y matar a un menor de 12 años. Testimonio de tres adolescentes fue determinante.
Diego Gotelli C.
En una audiencia atípicamente breve, el Juzgado de Garantía de Linares dejó en prisión preventiva a dos hombres sospechosos de violar y matar a un niño de 12 años el jueves.
Contrario a los juicios de días completos en casos similares, la formalización de ayer duró cerca de una hora, influido por la decisión de la defensa de no oponerse a la cautelar solicitada por la Fiscalía.
La investigación apunta a que Rubén Soto y Gerald Reppeto interceptaron a la víctima, Emilio, cuando paseaba sus perros en las orillas del río Liguay, en Longaví. Ambos lo habrían agredido sexualmente para luego acuchillarlo varias veces. Su cuerpo fue hallado en el lugar.
Clave en su detención fue el testimonio de tres niños, de 12 a 16 años, quienes minutos antes también fueron abordados. Según declararon, los hombres los invitaron a fumar e intentaron entablarles conversación, pero huyeron reconociendo sentir temor.
Con su descripción uno de los familiares de los niños reconoció a los sujetos, identificación que la Fiscalía confirmó al hablar con la madre de uno de los imputados. Ella afirmó que los sospechosos son pareja, que se ausentaron a la hora del crimen, que dieron una coartada -ya desacreditada, y que andaban con un perro con ropa rosada que también vieron los niños.
Tras su detención habrían confesado, pero sus dichos no se emitieron en la audiencia "por la crudeza de los hechos y lenguaje", argumentó la Fiscalía. Luego detallaron que uno dijo que sus intenciones en ese momento eran "violar a un niño".
Uno de los imputados, Rubén Soto, en marzo del 2020 había sido condenado por violar a otro menor de 14 años, quedando bajo régimen semi-cerrado y con posterior libertad asistida aún vigente.
La defensora de la Niñez, Patricia Muñoz, dijo que el crimen fue "la manifestación más explícita de la maldad" pues lo dejaron morir por desangramiento, alargando su agonía. Añadió que los otros niños "probablemente" acabarían igual si no huían.
La jueza Paula Sánchez ordenó la prisión por ser "un peligro para la sociedad" debido al "horroroso" crimen.
La audiencia se hizo mientras se realizaba el multitudinario funeral de la víctima, cuya familia exigió justicia.