Día Mundial de la Voz
Todos los 16 de abril se celebra el Día Mundial de la Voz. Esta conmemoración tiene como finalidad concientizar a la población general acerca de la importancia que tiene la voz, así como de los cuidados que se recomiendan para mantenerla sana y capaz de comunicar efectivamente.
Ya desde algún tiempo hasta ahora, hemos visto cómo la pandemia del COVID-19 nos ha afectado en términos personales, laborales, económicos o familiares. Como profesionales fonoaudiólogos, hemos visto que, en ciertos casos, estos costes se han traducido, insospechadamente, en una mayor apreciación del rol de la voz en la vida cotidiana de las personas.
"¡Tengo que hablar más fuerte con la mascarilla puesta!", "No me había dado cuenta todo lo que hablo durante el día", "Ya me duele la garganta con tanta videollamada", "Aló, ¿estás en la calle? Se te oye extraño, debe ser por la mascarilla", son algunas de las expresiones a las que nos hemos ido acostumbrando paulatinamente con el paso del tiempo y que no hacen más que recordarnos el rol transversal que tiene el "cómo sonamos" respecto de la comunicación y de la manera en que sus características pueden llegar a influir profundamente en las conversaciones usuales que mantenemos día a día.
La teleasistencia laboral o académica también ha hecho que nuestras voces sean más importantes que nunca y que se transformen en nuestra herramienta principal a la hora de poder rendir adecuadamente en nuestros trabajos, escuelas o universidades.
Es por ello que, en estas condiciones, la conciencia sobre cómo utilizamos nuestra voz y cómo mantenerla "a salvo" se hacen más urgentes.
Mantenernos hidratados consumiendo agua suficiente, prescindir de comidas irritantes, evitar fumar, descansar adecuadamente, no utilizar gritos para comunicarnos o evitar hablar con un volumen excesivo son algunos de los consejos básicos que podemos seguir para permitirle a nuestra voz funcionar de manera adecuada.
Resulta importante tener en consideración que cualquier situación de molestia o dolor que se produzca al hablar y que sea lo suficientemente persistente en el tiempo como para impedir una adecuada comunicación debe ser evaluada por el médico otorrinolaringólogo y eventualmente, dependiendo de sus causas y condiciones, abordada terapéuticamente por un profesional fonoaudiólogo.
Ninguna voz debe llamar la atención por sí sola, por lo que si notamos que la gente se empieza a fijar más en cómo suena nuestra voz más que en aquello que estamos diciendo, debiera ser un signo indiscutible de que debemos acercarnos al profesional sanitario correspondiente para consulta.
El llamado es a seguir protegiéndonos del COVID-19 con todas las medidas sanitarias que la autoridad de salud ha llamado a utilizar y a cuidar nuestras voces.
Jaime Crisosto Alarcón
Fonoaudiólogo, académico Universidad Andres Bello