Tal vez alguien ponga atención a este clamor
Pude escuchar al ministro de Educación justificando la postura ministerial con respecto a los alumnos presenciales. Según él se han diseñado protocolos apropiados, los sostenedores tienen escuelas seguras y los padres añoran que sus hijos vuelvan a clases presenciales. Posteriormente escuché que estamos en el día con más contagios desde el inicio de la pandemia, que el riesgo es altísimo y que debemos encerrarnos; Lo primero que me pregunté fue si el ministro tiene hijos estudiando, porque el COVID no respeta clases sociales, luego preferí quedarme con la idea de que nadie se atreve a luchar contra el sistema, que es más fácil y productivo seguir sus instrucciones.
No soy una persona importante, sólo soy un profesor normalista que ha dedicado 51 años de su vida a educar, un director de escuela básica que ha liderado una próspera comunidad educativa por casi 31 años, un labriego más de un huerto rural de espíritus traviesos, jardinero de un rincón pedagógico maltrecho, casi olvidado y que sin embargo lleva una apreciable cantidad de años surtiendo a la comunidad con sus buenos frutos que rebasan en sus surcos harapientos, pero que a pesar de su vulnerabilidad, sobresalen y me pregunto: ¿Por qué debemos considerar como panacea la enseñanza - aprendizaje presencial? Y la respuesta cae por añadidura, porque somos parte de un sistema con un financiamiento multimillonario instalado, conformado y protegido para que sea el que debe actuar, porque es el que surte a muchos otros. Está bien, aceptemos el hecho, pero entonces ¿por qué no re-inventarlo redistribuyendo lo esencial?
¿Cuántas décadas estamos escuchando que los niños no aprenden, que los profesores no son profesionales, que las familias son irresponsables… que las personas no sabemos leer comprensivamente…? Si la educación presencial fuese el real y único apostolado, entonces, ¿por qué arrastramos esta carga emocional nacional? Ya dije, solo soy un profesor normalista, pero digo lo que siento y lo que he aprendido en mi construcción de vida. Y digo: "No es problema de modalidad de enseñanza, sino de metodología propicia". Reconozcamos que llevamos décadas y décadas de fracasos continuos, porque no han sido capaces de ver más allá de lo que dicen algunos pensantes aceptados. Y agrego, ya es tiempo de que el Ministerio entienda que debe equipar a las escuelas públicas que son pobrísimas y capacitar a los docentes para que emprendan un viaje pedagógico a través de la educación virtual para lo cual jamás fueron preparados; pero no una travesía desde sus hogares usando sus aparatajes personales, sus internet familiares y las corrientes eléctricas de sus hogares, porque esto está rayando el abuso y hay que darle un corte antes de que explose. Hay que iniciarlo desde los recintos escuelas que hoy ostentan una infraestructura y modernidad vergonzosa que demasiados pretenden tapar, pero que es imposible. Que no se pierda tiempo buscando culpables, porque son demasiados los gobiernos nacionales y regionales involucrados. Que se inicie el cambio con la participación de todos.
Arturo Yévenes Acuña