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Buscando a Pepe Cuevas en los muros de Facebook

El poeta que "destruyó en su corazón la lógica del sistema" se hizo humo. Sus colegas escritores lo buscaron en redes sociales y mensajes de texto, pero él -como casi siempre- con el teléfono sin batería. A los pocos días apareció: en su casa estaban todos esperándolo, incluso los detectives.
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Hace poco más de dos semanas "se perdió" el poeta José Ángel Cuevas (1944), más conocido como "Pepe" Cuevas. En los muros virtuales de Facebook, diversos escritores compartieron el rostro y el número de teléfono de un familiar de "Pepe Cuevas". Incluso la noticia llegó a los medios nacionales: "Se busca a 'Pepe' Cuevas". Había salido de casa vestido de jeans negros, zapatos café, chaqueta azul y bolso negro. Un caballero de tercera edad, vestido como cualquier otro, perdido en la inmensa capital de nuestro país.

Las redes sociales se convirtieron en una cadena de búsqueda virtual. Algunos hasta le atribuían enfermedades al "Pepe". En su cuenta de Facebook, Jaime Luis Huenún, destacado poeta mapuche, por ejemplo, lo definía como "uno de los grandes poetas chilenos de las últimas cinco décadas" al momento de compartir el afiche.

Un juicio capaz de respaldarse cronológicamente: "Pepe" Cuevas ya en la década de los setenta ganaba importantes concursos literarios universitarios en el Pedagógico, pertenecía al grupo literario América y hacía circular su primer libro: "Efectos personales y dominios públicos". En las últimas tres décadas fue uno de los poetas más editados en Chile. En su obra destaca "Introducción a Santiago" (1982), "Diario de la ciudad ardiente" (1998), "Poesía del American Bar" (2012), entre decenas de otros libros, algunos antológicos y otros que reeditaban viejos poemas, varios hechos artesanales.

La obra de Cuevas está arraigada en la nostalgia del Chile que no fue. Se ha definido en entrevistas como "lacho" y -entre bromas- también asegura haber ganado el concurso de baile de rock and roll de la feria de animales de Cerrillos. Tras el golpe de Estado Cuevas se dedicó a trabajar en distintos oficios, siendo testigo en primera persona de la periferia de Santiago en la que vive.

Un detective

Ramón Díaz Eterovic, el creador del best seller policial del detective Heredia, compartió en los años ochenta en el Bar La Unión del centro de Santiago, habitual estación de poetas como Jorge Teillier y Rolando Cárdenas. Allí también llegaba "Pepe" Cuevas.

El narrador recuerda las primeras lecturas del "Pepe": "Es un poeta que sigo y leo desde sus primeros libros artesanales. Es una voz única, reconocible, en la poesía chilena. Habla de cosas que pocos dicen y desde una marginalidad real y existencial que conoce muy bien".

Sobre todo destaca su profunda sensibilidad: "La poesía de 'Pepe' Cuevas recrea todas las experiencias del pueblo marginal y marginado. Una voz que no reniega de sus experiencias y que a pesar de la derrota, logra emitir alguna luz que ilumina las esperanzas maltrechas. Como dice en uno de sus poemas: 'Todos saben que fue un chispazo y punto. Caímos bajo la muerte'".

Esas esperanzas maltrechas también se daban en la búsqueda del "Pepe". Díaz Eterovic ha admitido en alguna ocasión que Heredia, el detective que protagoniza su obra, es también su alter ego. Consultado si alguna vez tuvo que pesquisar al puentealtino en esos años, afirma que "no, no recuerdo que el poeta Cuevas se haya extraviado en alguna otra oportunidad. Sí sé que es dado a caminar largamente por la ciudad. Pepe es un poeta leído por gente de distintas generaciones, y desde luego, un poeta querido como quedó demostrado durante su bullada desaparición de hace algunos días".

La mano de un ángel

La escritora Elvira Hernández, una de nuestras más destacadas voces poéticas, se formó en los mismos años que Cuevas, entre universidades y ediciones artesanales y volátiles. Para ella "todo poeta es una 'persona extraviada' en nuestro sistema de producción acelerado y, aún cuando, Pepe Cuevas había bebido el antídoto de ex-poeta, el término no iba a dejar de perseguirlo".

"Ex-poeta" es la etiqueta que ha elegido Cuevas para sí mismo. A Hernández este episodio de desaparición le trajo a la memoria que "José Ángel Cuevas -el popular 'Pepe' Cuevas- según propia confesión, solía quedar a salvo de líos muy complicados por ayudas que parecían salir de la nada o, de la mano de un ángel, digo yo".

Hernández, con su estilo que recuerda sus afilados, breves e intensos versos evalúa la obra de Cuevas: "Su obra es reconocible. Tiene su sello de calidad. Hace historia dentro de la historia de la poesía chilena y, creo que todavía no hemos leído su último libro".

Tanto Hernández como Cuevas han encontrado vida fuera de los libros con sus versos en estos convulsos últimos años. En el caso del poeta que nos convoca, el título de su poema "Destruir en nuestro corazón la lógica del sistema" fue proyectado por Delight Lab en la Plaza Baquedano y ha sido reproducida en incontables paredes a lo largo de Chile. Con aquel poema se ganó la categoría de vate.

"Cuevazo de amor"

Si bien nacido en otra época, David Aniñir (1971) es una de las voces poéticas mapuche que ha sumado la periferia de la capital y la cosmovisión mapuche a sus obras. Aniñir tuvo la posibilidad de conocer a 'Pepe Cuevas' en el festival 'Chillán Poesía'. También recuerda haberlo visto en Valparaíso. Para el poeta mapuche, esos encuentros no son la constante: "A los creadores, músicos, poetas artistas, se les olvida. El pago de Chile es muy cruel".

Sobre la mentada y parcial desaparición del poeta Cuevas, Aniñir le halla valores positivos. "Esta desaparición fortuita del 'Pepe' Cuevas logra ese ánimo, esa actitud, de encariñarnos más con los valores del alma que tiene un pueblo".

Su reflexión lo acerca al tiempo que vivimos, esta crisis sanitaria: "Ese amor, ese cariño a esas voces nos hace muy bien. Hacía falta en este tiempo pandémico, fue una suerte de remedio en toda el alma chilena enferma. Lo precioso es que nos preocupamos de esos creadores. Fue un pepazo, un cuevazo de amor".

El evento de Renca

En el poema "Introducción a Santiago" de 'Pepe' Cuevas es la capital la que se extiende tanto en su centro como en su periferia. El poeta parece haber caminado tanto que a cualquier punto podría haber partido:

"A las siete se enciende

la luz de mercurio

Cae la noche,

y yo quisiera volar desde

el Paradero 15

al cerro Renca, mi alma

Traspasar el Gasómetro,

trenes

por Exposición

dar la vuelta camino

a Pudahuel

volver al centro".

Hasta que lo encontraron. Al 'Pepe'. Entre todos los lugares en que podía estar, estaba en Renca, según señaló su hija en las redes sociales el 27 de enero. El escritor Rodrigo Hidalgo afirmaba haberse quedado con un montón de impresiones con el afiche de "persona extraviada". La poesía chilena podía respirar. Para celebrar este encuentro se organizó una lectura virtual.

En el zoom había más de sesenta personas. Destacaban autoras como Alejandra Costamagna y Roxanna Miranda Rupailaf, también gente de Perú y Argentina, jóvenes y mayores, familiares y desconocidos. Como "el evento de Renca", precisó la hija, al inicio de la lectura, para referirse donde fue el poeta, que partió leyendo un poema dedicado a los "alcohólicos de Chile", además de otros poemas de parranda.

Entremedio de los poemas saludaba a las personas conectadas, también familiares suyos a los que había asustado con su desaparición, e iba compartiendo algo de información de su extravío. "Hace dos o tres meses no salía, me empecé a deprimir y enfermarme porque estoy solo, mi señora está enferma en otro lado".

El centro de Santiago lo deslumbró como tantas veces, cuando salió de su casa el viernes 22 de enero: "Estaba todo abierto, la gente alegre, todos contentos, los restaurantes llenos. Al ver el centro así me largué a ver unos amigos a Renca con los que hice clases allá, y no fui con el celular cargado y pensé que nadie me iba a llamar. Yo estaba bien, no tenía idea que me estaban buscando. Nunca pensé lo que iba a pasar después. Cuando llegué a la casa estaban los tiras esperándome".

En el poeta Cuevas vive un ángel y un demonio. El ángel le hace escribir la nostalgia y el demonio alimenta sus aventuras, como la de este extravío, que quedará entre las mejores de su anecdotario.

Este medio trató de tomar contacto con el poeta y su familia, pero nuestros llamados no recibieron respuesta. Finalmente, el propio autor se refirió a lo sucedido en la ya mencionada lectura virtual realizada en Renca.