Editorial
Desafíos valóricos
Los desafíos valóricos que ha establecido la pandemia que azota al país y al mundo, han planteado discusiones y análisis multidimensionales. Hace unos días, por ejemplo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) dada cuenta de su preocupación respecto del acceso que podrían tener o no tener los países más pobres a las vacunas contra el covid-19. El que los países más poderosos, ricos y capaces de desarrollar las vacunas, terminaran acaparándolas, fue motivo de preocupación en estos días para la OMS.
Sin embargo, los problemas valóricos también se pueden dar a nivel muy particular. Por ejemplo, últimamente se ha hecho mucho hincapié respecto a la conciencia y el altruismo relacionados con el autocuidado, el uso de las mascarillas y el respeto por las disposiciones sanitarias en torno a la distancia física y la social, aquella que llama a evitar actividades sociales especialmente en cuarentena y toque de queda.
Esto, porque muchas veces una persona, que bien puede no dimensionar la gravedad del virus y de la pandemia, puede convertirse en un transmisor de un virus que en el mundo ya ha matado a más de dos millones de personas.
Es en este sentido que la seguidilla de fiestas clandestinas que se han registrado en el país, de detenidos e incluso, hasta sancionados debido a este tipo de actividades, es un hecho altamente preocupante.
Preocupa no solamente por el peligro objetivo que existe con estas juntas que no responden a ninguna recomendación, instrucción o ley sanitaria relacionada con la crisis que estamos enfrentando. Preocupa también porque deja ver que hay personas que no han dimensionado los efectos de la pandemia, y que tampoco reconocen que si ellos no se ven gravemente afectados, hay otras personas que sí pueden hasta perder sus vidas.
Este escenario que vive el mundo está sacando a la luz los valores que hay en cada persona, la conciencia, el altruismo, la capacidad de pensar en los demás, antes de pensar y actuar solamente en primera persona. Se debe reconocer que tristemente, muchos han tenido que aprender y reconocer todo esto, de la peor manera.
"La seguidilla de fiestas clandestinas que se han registrado en el país es un hecho altamente preocupante".