Cerro Chuño, el gran dolor de Arica
La fuerza emocional es casi lo único que nos permite seguir adelante y hacer lo imposible por esos ojos agobiados. "Hoy sería inaceptable que la empresa Promel interne 20 mil toneladas de residuos tóxicos provenientes de la minera sueca Boliden Metall con el propósito no cumplido de extraer minerales como ocurrió en 1980".
Mirtha Arancibia Cruz - Gobernadora Provincial
Pasaron años y décadas y hasta hoy no reparamos la vida de Cerro Chuño. El Presidente Piñera nos pidió firme en los primeros días de su segundo mandato que lo comenzado con desacierto en su primer gobierno, lo continuáramos pero esta vez sin errores. Desde ese día comenzó el trabajo entre la Gobernación Provincial de Arica, Segpres y el Ministerio de Vivienda.
El escenario complejo cambia cada hora. Llevamos casi un año conversando con las primeras familias sobre cómo sería el día (miércoles y jueves pasado) de su traslado, pero hasta el final dudaron de nosotros, debido a sus tristes experiencias. En su situación, yo también desconfiaría que es verdad que me están tendiendo una mano. Y eso ha sido lo más emocionante del proceso: ver que las personas vuelven a confiar en el Estado.
Se trató de una difícil decisión, como lo entenderán las personas que pudiendo contribuir por sus roles y cargos, no lo hicieron. La poca convicción y temor siempre nos juegan malas pasadas. La fuerza emocional es casi lo único que nos permite seguir adelante y hacer lo imposible por esos ojos agobiados ante la pobreza, el polimetal y la delincuencia.
Dimos un primer paso de tantos, gracias a que se trabajó con vocación de servicio. Lo humano predominó en el Subsecretario de Vivienda, Guillermo Rolando y su gabinete; en su Seremi Francisco Vallejos; en el Director Serviu Francisco Meza, en el Comandante Martínez, Mayor Aguayo, Capitán Muñoz y Teniente Daniela Pérez de Carabineros de Chile. El Instituto Nacional de Derechos Humanos nos apoyó; asimismo, voluntarios de la Iglesia Católica contuvieron a las familias que se trasladaban, junto al Padre Jesuita, Marcelo Oñederra. Además, el Obispo brindó una casa de acogida transitoria, dispuesta exclusivamente para Cerro Chuño.
Hoy sería inaceptable que la empresa Promel interne 20 mil toneladas de residuos tóxicos provenientes de la minera sueca Boliden Metall, con el propósito no cumplido de extraer minerales, como ocurrió en 1980.
Posteriormente, como Estado construimos casas para 12 mil personas en ese sector (años 90), donde algunos habitantes obviamente se intoxicaron.
Ese fue uno de los errores más aberrantes de nuestra política habitacional, donde convertimos a Cerro Chuño en el peor lugar para vivir en Chile.
Con el primer traslado de familias que se realizó la semana pasada, junto con el cierre de la posibilidad de reocupación de las viviendas, entendiendo que es un área contaminada, pasamos de pedir perdón por 30 años, a construir una verdad.
Se trata de una de las medidas más duras que he liderado, pero al mismo tiempo, una oportunidad que me ha dado la vida y el Presidente Sebastián Piñera.
Sin su instrucción y convicción, no hubiese podido. Las primeras acciones de la semana pasada eran urgentes, dado la delincuencia, el riesgo para la salud y los problemas que ha generado el confinamiento por Covid, especialmente en niños, mujeres embarazadas y adultos mayores. Razones más que suficientes que como gobernadora y mamá, no podía ignorar..
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