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El voleibolista Simón Guerra cuenta su vida en el Barcelona

El nuevo refuerzo del cuadro culé, llegó a España procedente de Alemania justo cuando los efectos de la pandemia volvieron a intensificarse. En cuarentena, dice estar enfocado en los entrenamientos y en producir música electrónica.
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Ignacio Silva

El plan de Simón Guerra (24) para este año era seguir en Alemania, donde vivía desde 2019 luego de fichar por el Netzhoppers. Pero en pleno receso por la pandemia, el voleibolista recibió una noticia que cambió sus objetivos.

"Yo iba a volver a Berlín, pero el entrenador del equipo renunció y el nuevo decidió no llamar a los jugadores que estaban el año pasado. Ahí pensé qué hacer y decidí probar cómo me iba en Barcelona", recuerda ahora el seleccionado nacional.

Aprovechando que había terminado su vínculo con su representante, Guerra decidió escribirle directamente un mail al entrenador de la rama de vóleibol del cuadro catalán ofreciendo sus servicios: "Le escribí como 'oye, sabís que estoy libre, quiero irme a vivir para allá, no sé si les falta algún jugador'. Y justo les faltaba un jugador en mi posición, así que a la semana ya teníamos el contrato firmado y todo".

Así de sencilla fue la trastienda del paso del jugador chileno al Barcelona, un cuadro que si bien no tiene los pergaminos de la rama de fútbol del club, es uno de los equipos llamados a disputar la Superliga española, que luego del receso por la pandemia volvió a jugarse en octubre.

"Hasta ahora ha sido una gran experiencia. Si bien no nos ha ido bien en los últimos partidos, tenemos súper buen equipo. Obviamente el club no quiere descender de nuevo, pero bueno, se nos ha dado complicado al principio", resume el deportista al teléfono desde Cataluña. Luego sigue: "Se nos enfermó el capitán ahora, antes estuvo enfermo el armador principal, yo me demoré como un mes en llegar por temas de visa. Entonces ha sido un comienzo bien complicado, pero la verdad es que lo bueno es que está pasando ahora que recién está empezando la liga, entonces faltan muchos partidos".

Llegaste a Barcelona justo en un momento en que volvió a activarse la alarma sanitaria. ¿Cómo ha sido tu vida allá?

La verdad es que ha estado bastante tranquila, bastante de casa. Acá estaba mucho más relajado cuando llegué, no había cuarentena, tampoco toque de queda, estaban abiertos los bares. Pero hace como una semana empezó a quedar la embarrá heavy y cerraron todo y pusieron toque de queda de 10 a 6 de la mañana. Ayer avisaron que los fines de semana Cataluña va a estar cerrado y no puedes salir de tu comuna. Así que está complicado. Una lata pero nada que hacer.

¿Cuál es tu apreciación de la liga española? Tú venías de una liga súper competitiva como la alemana.

La liga española está bien, tiene equipos súper fuertes. Es una liga mucho menos física que la alemana, que bueno, son jugadores todos muy altos, es distinto. Pero nada, es una liga bien pareja, todos los equipos tienen buenos refuerzos, no hay equipos que sean malos directamente. Eso habla súper bien de la liga.

¿Fue muy caótico cambiar de equipo, de país, de vida en un contexto como este?

Mira, la verdad es que yo desde los 17 vengo dedicándome al vóleibol y siempre me ha tocado viajar harto, entonces no fue tan complicado el tema del cambio de equipo y todo eso. De hecho, en los últimos tres años he jugado en equipos diferentes, entonces ya estoy medio acostumbrado. Pero sí, es loco. Tuve la suerte de que me tocó Barcelona, si bien no es el mejor momento, es una ciudad entretenida, mis compañeros son buena onda, entonces no se hace tan complicado el cambio de equipo. Aparte hablan español, entonces ha sido el cambio de equipo más fácil que he tenido desde que estoy jugando en Europa. Antes me tocó Portugal y Alemania, entonces es distinto.

House

Simón Guerra dice estar aprovechando el tiempo del encierro en su otra gran pasión: la música electrónica.

Este año, de hecho, el deportista lanzó sus primeros dos sencillos, el último de ellos junto a Toolroom, uno de los sellos discográficos más reputados del tech house.

"A mí siempre me gustó la música, pero hace unos años empecé a escuchar house, me metí mucho en eso y empecé a ver tutoriales y a descargar programas", narra. "Aprovechando que estaba en Berlín me metí a estudiar producción musical. Ahí ya di un pasito grande y de ese momento hasta ahora ha sido súper intenso".

"Quiero producir, hacer música y de aquí a unos tres o cinco años tener algo más pavimentado.

"Ha sido un comienzo bien complicado, pero la verdad es que lo bueno es que está pasando ahora.