Profesora recorre Lluta ayudando a sus alumnos
Isabel Rodríguez visita cada semana a diez estudiantes de la Escuela G-20 Manuel Baquedano. Va con resguardo sanitario, más una mesa y dos sillas.
Unos 70 estudiantes de primero a sexto básico tiene la Escuela G-20 Manuel Baquedano, ubicada en el Valle de Lluta. Si se consideran los párvulos de prekínder y kínder, la matrícula bordea los cien niños.
La mayoría ha debido enfrentar la realización de clases virtuales, aún cuando hay internet solo en los primeros kilómetros. Más adentro no hay opción y las guías impresas llegan a los hogares gracias al "tío del bus", quien reparte el material para que los pequeños no se queden sin la posibilidad de aprender.
Isabel Rodríguez Cisterna, es profesora y psicopedagoga del establecimiento desde hace siete años. Considerando la pandemia por el covid-19, asumió la labor de recorrer las parcelas de diez de sus estudiantes, aquellos que presentan mayor dificultad para aprender los contenidos, todos los días, llegando hasta el kilómetro 40 en su vehículo.
"Los profesores jefe les mandan el material impreso a los niños, pero si tienen dificultades ¿qué hacen? Hay mamás que no saben leer ni escribir y es frustrante, por lo que la única opción era ir directo a los hogares", contó.
Con todas las medidas sanitarias requeridas, y cargando en su auto con una mesita y dos asientos, llega a las casas, donde siempre la esperan. Las madres son las más felices con la visita y las más agradecidas también.
"Hago todo esto por vocación. No pido más sueldo ni más horas, eso no va en mí. Yo tengo hijos y me pongo en el caso de qué haría si como mamá no supiera cómo apoyar a mis niños y sería desesperante".
La docente comentó que cuenta con el apoyo de la directora de su establecimiento y piensa continuar con sus recorridos hasta fin de año.
Pequeña escuelita
La Escuela G-20 está ubicada en el kilómetro 27 de Lluta. Es un establecimiento que tiene cursos mixtos, es decir, en una sala hay primero y segundo básico; en otra, tercero y cuarto y en otra, quinto y sexto, con una profesora jefe y un ayudante de aula por ambos cursos.
En época normal, sin covid, Isabel tenía a cargo a unos veinte alumnos. Sin embargo, ahora el tiempo le alcanza para atender a los diez más prioritarios. "La capacidad en esta época no me da para atender a más chicos. Voy casi todos los días al valle, tengo que ir, tener rutinas diarias para que no se pierda lo que queremos lograr con ellos".
Rodríguez aclaró que hacer clases virtuales funciona en niños que tienen el conocimiento adquirido y que obviamente, cuentan con internet. "Si hablamos de estudiantes que tienen dificultades para leer o para comprender, no se puede hacer mucho, es más difícil", añadió.
La docente además estudia Psicología, carrera que la ha ayudado a motivar a sus estudiantes al realizar las clases. "Una vez que me voy de sus casas, ellos deben quedarse con la retroalimentación, para que cuando vuelva la próxima vez puedan retomar con el mismo ánimo", contó.