Editorial
El problema de los hoyos
Un tema recurrente en muchas de las quejas tanto de vecinos pero especialmente de conductores, tiene que ver con el mal estado de algunas de las calles de Arica. Los hoyos no sólo ofrecen una escena de abandono y de falta de mantención para las vías, sino que también son eventos peligrosos en las carpetas de rodado.
Vale consignar sí que en estos momentos, y hace ya algunas semanas, el Serviu está realizando una serie de reparaciones y mantenciones en las vías de la ciudad. Son 16 las vías que están siendo intervenidas a través del Plan Recuperemos Chile, trabajos que tienen una inversión que supera los 500 millones de pesos.
Además, se ejecuta la séptima etapa del plan de conservación de vías urbanas con una inversión de 6.751 millones de pesos, que permitirá la pavimentación y reposición de 40 kilómetros en 38 calles de la ciudad.
Y tal como lo diera a conocer ayer "La Estrella", próximamente también serán intervenidas calles que históricamente han presentado muy mal estado, como Tucapel, Néspolo, Edmundo Flores, Garibaldi, Oscar Belmar y otras, también dentro de la misma séptima etapa del plan de conservación de vías.
Sin embargo, ya sea por trabajos, alguna reparación u otra circunstancia, en distintos puntos de la ciudad, en algunos más que en otros, van quedando baches que se van convirtiendo en parte del paisaje urbano, algo que claramente no debe ocurrir.
Y no sólo se trata de un tema de imagen de ciudad. También tiene que ver con la seguridad en el tránsito y la conservación de bienes particulares, como son los vehículos. Los hoyos en las calles pueden ser causantes de reventones de neumáticos, también pueden generar daños serios en las llantas de los vehículos. Hoyos más grandes y profundos también generan perjuicios en la suspensión y el chasis, por nombrar solo algunos daños que provocan en los vehículos.
Es por eso que estos eventos no deben quedar como algo de menor importancia. Deben ser fiscalizados, identificados y resueltos con celeridad, sin que tenga que esperarse un gran programa de pavimentación para terminar con fallas puntuales que se perpetúan.
"Los 'eventos' en las calzadas deben fiscalizarse y remediarse en plazos razonables".