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La invaluable labor de rehabilitación en pacientes graves con covid-19

Apoyo de médicos, fonoaudiólogos, kinesiólogos y terapeutas ocupacionales son claves para disminuir las secuelas físicas, cognitivas y psicológicas que deja el estar en sedación por un tiempo prolongado.
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María José Collado Rojas

Los primeros días de abril, lo que parecía ser una fuerte influenza, cambió la vida de Manuel Castillo (77). Poco recuerda de su llegada a la urgencia del hospital. Recuerda sí, que despertó casi tres meses después. Le había ganado al covid-19, eso le comentó el personal médico del Hospital Juan Noé.

Los síntomas de Manuel no fueron preocupantes al inicio. Incluso su pareja, Gianina, le compró antigripales para pasar los malestares. Sin embargo, el cuadro se agudizó y el hombre terminó en cuidados intensivos, intubado, y su familia desesperada al no saber qué pasaría con él.

Afortunadamente, salió del cuadro. Una secuela en su mano es lo que le recuerda su paso por la UCI, pero agradece estar vivo para contarlo.

Trabajo multidisciplinario

Daniella Denegri es médico fisiatra, jefa del Subcentro de Responsabilidad de Rehabilitación y Fisiatría del hospital. Desde que comenzó la pandemia, la unidad que dirige busca la rehabilitación de pacientes covid que estuvieron graves, como Manuel.

La doctora afirma que una prolongada hospitalización conlleva consecuencias como el síndrome post UCI, caracterizado por complicaciones pulmonares, debilidad muscular, complicaciones en la deglución y secuelas en la voz. También hay incontinencias vesicales e intestinales, delirios y estrés postraumático.

"La estancia en cuidados intensivos con drogas que requieren los pacientes para poder estar con ventilación mecánica, producen estas secuelas que pueden durar desde meses hasta cinco años. Como equipo de rehabilitación hemos logrado tratar de disminuirlas con el trabajo de un equipo multidisciplinario, integrado por kinesiólogos, fonoaudiólogos y terapeutas ocupacionales", explica.

La terapia se entrega desde el momento en que el paciente ingresa a intensivos, de manera que salga de su estado con la menor cantidad de complicaciones. "Son cerca de 70 pacientes los que han pasado por la UCI y hemos dado de alta a más de 20 que están sin ningún problema a la fecha", cuenta la médico.

Posición especial

Uno de los profesionales que trabajan en este equipo es Lorenzo Zuleta, terapeuta ocupacional. Su trabajo en cuidados intensivos consiste en mantener en una mejor posición a los intubados, de modo que puedan mejorar su respiración.

Característico de estos cuadros es la posición prono o "de guatita" en la que los afectados de covid deben pasar su estadía conectados a máquinas que les permitan continuar viviendo. Lorenzo es quien se encarga de las órtesis que se ubican en posiciones estratégicas del cuerpo para evitar que el paciente se escare al estar días o semanas en contacto con la camilla. De esta manera, se disminuye el riesgo de heridas y de pérdida de la funcionalidad corporal en piernas, brazos y pecho.

Deglución y delirio

Un paciente crítico se define, según el ex ministro de Salud, Jaime Mañalich, como aquel que la "falla que tiene no es solo una falla pulmonar asociada a la infección por coronavirus, sino que hay otros sistemas orgánicos que están mostrando el impacto de la enfermedad por el virus, a pesar de que tiene su manifestación fundamental en los pulmones, en los bronquios; en realidad es una septicemia por un virus que afecta a todo el organismo, incluso con manifestaciones neurológicas a veces".

Por otro lado, el Colegio Médico de Chile señaló que un 80% de los pacientes tendrá el coronavirus de leve a moderado, 15% severo y un 5% crítico, con necesidad de UCI y ventilación mecánica. De los pacientes con enfermedad leve a moderada, un 10 a 15% progresará a severo, mientras que 20% de los severos iniciales progresará a una enfermedad crítica.

Carolina González es fonoaudióloga de la unidad. En una primera instancia, con los pacientes intubados realiza movilizaciones pasivas en el rostro y laringe para prevenir trastornos de la deglución al salir de esta condición.

"Una vez extubado, se analiza si la persona tiene un buen manejo de las secresiones para proteger sus pulmones", explica la profesional.

Los principales problemas al salir de cuidados intensivos son los inconvenientes para hablar y comer, por lo que en conjunto con el terapeuta ocupacional se trabaja en este ámbito, así como también, en el manejo del delirio.

"Al estar mucho tiempo en sedación, los pacientes se encuentran desorientados, agitados, desatentos. Se hace estimulación cognitiva y de orientación para que pierdan el delirio y puedan conectarse más con el entorno", agrega el terapeuta ocupacional.

La fonoaudióloga menciona que más allá de la edad que tenga la persona que se somete a una intubación o traqueotomía, el factor determinante que asegurará su avance en rehabilitación es el tiempo que estuvo en condiciones críticas.

El rol del kinesiólogo

Más de 40 kinesiólogos fueron contratados por el hospital para la pandemia, con el fin de hacer frente a la rehabilitación de los afectados graves de covid-19.

Uno de ellos es Juan Carlos López, de la Unidad de Paciente Crítico. "En la UCI nos enfocamos en los cuidados respiratorios que requieren estos pacientes que están conectados a ventilacióon mecánica y a la movilización constante, desde el punto de vista motor, para que, al momento que empiecen a mejorar, puedan rápidamente salir de las debilidades que provoca estar tanto tiempo sedado y en cama", cuenta.

Derribando prejuicios

Luis Vásquez (61) es comerciante y pasó más de 30 días intubado. Dice que contrajo el virus "por tozudez", ya que siempre estuvo en contacto con muchas personas, saliendo de casa y así se contagio en el mes de junio.

"Empecé con los síntomas atribuibles a un resfrío, hice cama y un día le pedí a mi mujer que me llevara al consultorio para que me inyectaran algo. Ahí, el doctor me mandó 'cuspeando' al hospital", recuerda.

En el recinto le encontraron baja saturación de oxígeno. Le pusieron mascarillas y no hubo mejoría. Intubar era la opción que quedaba. "Quedé inconciente y lo hiceron con autorización de mi mujer. Así estuve 37 días".

El hombre reconoce que en un comienzo tuvo miedo de atenderse en la salud pública, "porque está el estigma de que no es lo mejor, pero desde principio a fin fue todo excelente. Los médicos están muy preocupados y hasta el día de hoy me llaman".

La sobrevida de los pacientes críticos, dicen los expertos, depende de muchos factores, especialmente, de las características de los pacientes, como el grupo etario, comorbilidades existentes, el estado funcional previo del enfermo y el grado de severidad de la respuesta del organismo a la infección viral.

Vásquez no tenía enfermedades de base, solo se reconoce fumador crónico, vicio que ya dejó. En su paso por la UCI bajó 30 kilos y tuvo que aprender a hablar de nuevo. "Estuve muy grave y nunca seré el mismo de antes.

Estoy disminuido físicamente, pero también tengo que cambiar el chip, no hacer lo mismo que estaba haciendo", reflexiona

La secuela que le quedó fue un problema en la pierna, que está tratando con kinesiología a domicilio y telerehabilitación.

Adaptarse

Una cámara conectada al computador es lo que permite a la kinesióloga Marcela Moscoso, hacer el seguimiento de los ejercicios que da a los pacientes para que los realicen desde sus hogares, una vez que están de alta.

Ya sea por la plataforma Meet de Google o por videollamada en Whatsapp, Moscoso guía a las personas en la rehabilitación después de pasar semanas en estado crítico.

"Hacemos telerehabilitación kinésica con atención remota a pacientes que tuvieron covid y se han recuperado, pero necesitan hacer el proceso para volver a su vida habitual", señala.

De este modo, trabaja la fuerza muscular, movilidad articular, la marcha y el equilibrio que son las principales dificultades que presenta alguien que vivió una larga estadía en UCI.

"Hay que adaptarse a lo que el paciente tenga disponible en su casa, tanto en las plataformas de conexión como con los implementos que tenga en su casa para trabajar, por lo que es todo un desafío, pero ha tenido buena acogida de los pacientes y buenos resultados", acotó.

"Un día le pedí a mi mujer que me llevara al consultorio para que me inyectaran algo. Ahí, el doctor me mandó 'cuspeando' al hospital".

Luis Vásquez, 37 días en UCI por covid-19.