El ejemplo que dejó el doctor Robertson
Tras el fallecimiento del traumatólogo sus cercanos destacaron la atención de calidad que brindó a sus pacientes.
El deceso del doctor Winston Robertson, fue un gran pérdida para la comunidad médica de la región, especialmente para su familia, amigos y pacientes, quienes destacaron su profesionalismo y entrega, sobre todo su gran calidad humana.
Robertson, nacido en Arica el 14 de diciembre de 1941 en lo que fue el Hospital San Juan de Dios, realizó sus estudios de primaria y secundaria en el Liceo Coeducacional de Arica entre los años 1948 y 1959.
Al año siguiente ingresó a la Escuela de Medicina de la Universidad de Concepción, obteniendo su título en la Universidad de Chile en 1967. Luego de obtener su especialidad de Traumatología volvió a Arica, donde se desempeñó como traumatólogo en el Hospital Juan Noé, y en Urgencias. Asimismo desarrolló su profesión en la Clínica San Marcos de Arica y Clínica San José a la fecha.
Todos estos años dedicados a su profesión le permitieron atender a generaciones de pacientes, colegas y personas que trabajaron con él. Todos ellos hoy lo recuerdan por su carisma, cercanía y profesionalismo.
"El doctor Robertson perteneció a una generación donde prácticamente los médicos estaban en el Olimpo, pero él era una persona muy aterrizada, muy humilde, que nunca se preocupó de este tipo de estigmatizaciones que todavía mantienen algunos doctores", contó Rafael Vargas, ortopedista que trabajó 15 años con el doctor Robertson.
Tras conocer el fallecimiento del profesional de la salud, las personas que lo conocieron solo tuvieron elogios para el traumatólogo.
Además de su sencillez, el doctor tenía buena disposición "siempre estaba dispuesto a recepcionar conocimientos que él no tuviese de quién viniera. Su calidad humana le dio un sello, se destacó por el cariño que le tenía a su familia. Su historia es de esfuerzo, él no viene de las grandes cúpulas sociales, el se esforzó para llegar donde llegó, y se destacó por su profesionalismo, labor social y su rol dentro de la clínica. A mi me impresionaba mucho, fue muy estudioso. Para mi fue un privilegio trabajar con él", dijo Vargas
"Tuve dos hernias discales en dos vértebras, y todo el mundo me mandó a operar, pero el doctor Robertson me hizo un tratamiento con quiropraxia y me sanó las hernias discales. Tuve una tremenda mejoría, porque fue el único que me trató adecuadamente y me contactó con un cirujano en Santiago, fue una gran atención y gran calidad humana que no todos tienen", contó Kenny Burgos, uno de sus pacientes.