"La iglesia somos nosotros, tenemos que preocuparnos unos de otros"
El párroco, quien cumplió 50 años de servicio el pasado 29 de junio, agradeció la hospitalidad y el cariño que le han entregado los ariqueños a él y a su hermano Santiago en las casi cuatro décadas que llevan en la ciudad.
Con un acento 'agringado', pese a los 39 años que lleva en Chile, el padre Andrés Sharp responde el teléfono con un animado "Hello, how are you?" y se dispone a responder esta entrevista.
El mismo día en que la iglesia conmemoró a San Pedro y San Pablo, el párroco cumplió 50 años de vida sacerdotal. Las llamadas Bodas de Oro con su amado Jesús las celebró con una misa y un galvano en el que se le reconoció su labor como pastor. La homilía este año tuvo un cariz distinto, ya que por la pandemia del covid-19, Andrés y su inseparable hermano Santiago- también sacerdote- están encuarentenados y las eucaristías deben transmitirse a través de plataformas digitales.
¿Qué significa haber cumplido 50 años al servicio de la iglesia?
Es una meta alcanzada, nunca pensaba que iba a llegar tan lejos. Son muchos años. El sacerdocio para mí es una oportunidad de servir al pueblo, es compartir mi fe con otras personas.
Esto tiene una significación aún más especial en estos tiempos ¿no?
Es un tiempo de crisis para todos, para las familias, para las comunidades y para los países en general, pues todos estamos sufriendo por este virus.
La iglesia tiene que tratar de acompañar a la gente. La iglesia somos nosotros, entonces, tenemos que preocuparnos unos de otros.
Desde Escocia
Andrés nació el 6 de noviembre de 1945, en Greenock, Escocia. Es el tercero de los seis hijos de Neli y Helen Sharp. Entró en el seminario diocesano de San Pedro a los 18 años.
Cuando cualquier ariqueño feligrés piensa en Sharp, inmediatamente la asociación va hacia dos curas bonachones, con acento inglés marcado y muy queridos por la comunidad. Es difícil individualizar a Andrés (74) de Santiago (77), pues siempre han sido muy unidos, más allá de su labor eclesiástica.
Ambos son oriundos de Escocia. "Trabajé 10 años en mi país, en las parroquias Santa Margarita y San Patricio. Después me vine a Chile, donde trabajé con los padres de San Columbano, por un año en Conchalí".
¿Y cómo llega a Arica junto a su hermano?
Llevamos acá 39 años. Nosotros queríamos venir a América Latina y el obispo en Escocia nos mandó con los padres de San Columbano, quienes estaban trabajando en ese entonces en Lima y Santiago. Después llegamos a Arica con el obispo Ramón Salas Valdés, que tuvo una gran influencia en nosotros, ya que trabajamos mucho con él.
Además de su apostolado como párroco en varias comunidades, dedicó tiempo y esfuerzos para apoyar la pastoral penitenciaria y la producción de la Revista Presencia.
Desde entonces ¿cómo ha sido el trabajo en la ciudad?
Muy agradable, con muchos desafíos. Yo creo que la cualidad más grande del chileno es la hospitalidad y nosotros siempre hemos sentido eso, estamos en casa y somos parte de una familia grande, compartiendo siempre con la gente. Estamos en cuarentena, pero viene gente a saludarnos, desde la puerta, con distancia.
En general, a usted y a su hermano Santiago, los católicos ariqueños les tienen bastante cariño...
Somos los dos siempre. Si ves a uno, ves al otro y ese cariño es porque hemos bautizado a tantas guaguas, hemos casado a tantas personas, hemos sepultado a tantos viejitos, que ahora nos toca a nosotros (ríe).
¿Siempre fueron así de unidos ?
Estábamos en diferentes colegios, Santiago estudió en España por años y yo en Escocia, pero siempre pensábamos el uno en el otro.
Andrés cuenta que gran parte de su familia se quedó en Europa. Es precisamente a sus seres queridos a quienes más extraña desde que vive en Chile.
Tomar la mano de dios
La iglesia a nivel nacional impulsa la campaña Conectados, mediante el cual, se activó un teléfono para recibir acompañamiento a distancia. Para el caso de Arica, el fono es el 582251393.
¿Qué mensaje le daría a las personas en momentos tan críticos como los que estamos viviendo?
Hay que tener confianza en Dios, Él va a llevar esto a un buen fin.
Nosotros estamos luchando para entender qué está pasando, son muchos golpes que no sabemos a dónde vamos a terminar y nos cuesta entender, pero el entendimiento viene de Dios, hay que tener confianza y paz.
"...nos cuesta entender, pero el entendimiento viene de Dios, hay que tener confianza y paz ".
Padre Andrés Sharp.