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Crisis globales, respuestas locales
Las semanas trascurren raudas y la Pandemia de COVID 19 nos hace tambalear entre el confinamiento y la escasa normalidad de nuestra vida social. Todas y todos bajo un manto de preocupación lógica que debe ayudarnos a meditar sobre el momento de la historia que vivimos.
Debemos hacer un profundo análisis de nuestra sociedad y del rol del Estado ante un régimen y modelo de desarrollo que en lo aparente funcionaba como reloj, pero que al paso de la crisis ha develado profundas asimetrías que en sí contiene la economía. El Estado en todos sus niveles cumple un rol insustituible y ético de acompañamiento a los dolores y angustias así como a las condiciones básicas de subsistencia de la sociedad humana y se ha llamado a esto "mínimos civilizatorios". Ese Estado cumple un rol estratégico y no solo subsidiario, clientelista y burocrático como el del llamado "Ogro Filantrópico" de Octavio Paz.
Las autoridades hacen un esfuerzo genuino por controlar esta Pandemia y es ahí donde doy paso al complemento de esta tarea. Podremos tener un Estado moderno, eficiente, cautelador de los intereses públicos y muy presente, pero si no tenemos personas que actúen en consecuencia, esta es una tarea perdida. Observamos en estos días conductas que no están a la altura del cuidado que debemos tener con nuestra salud. Fiestas, desobediencias a las cuarentenas y toque de queda, aglomeraciones etc. cuestiones que sólo aumentan los contagios y distraen el esfuerzo de quienes están llamados a contener y controlar la pandemia.
Las respuestas que damos en lo local, producto de una crisis global, parten por nosotros en el ámbito individual. Ese ámbito que en lo planetario la economía no ha podido ni sabido atender en plenitud, y que nos amenaza con números rojos todos los días en los noticiarios del orbe.
"Observamos en estos días conductas que no están a la altura del cuidado que debemos tener con nuestra salud".
Sergio Medina Parra, Antropólogo