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De la belleza
Elisa recibió el comunicado al volver al canal. Hace dos años se había iniciado como notera del matinal de TV, y ahora rescindían su contrato. Reestructuración de área, deslizó brevemente el funcionario al entregarle su finiquito. Pero era claro que alguien debía realizar los despachos y las entrevistas in situ, haciendo obvio que la excusa para despedirla no era más que eso.
Cuando el diario afán de buscar empleo lo permitía, sintonizaba la señal del canal que antes la cobijara intentando saber quién la reemplazaría. Su curiosidad, no exenta de nostalgia, fue satisfecha mientras hacía antesala en el hall de una revista de papel cuché, esperando ser entrevistada para cubrir una vacante en Redacción. La TV del recinto estaba sintonizada en su anterior canal. Cuando el conductor del matinal dio el pase a la actual notera, se percató de su aspecto. Bastante atractiva, claro está, se dijo, hoy todos los canales buscan integrar caras bonitas y cuerpos sinuosos, aunque no tuviesen gran manejo ni desplante. Hizo lo posible por evitar compararse con la mujer que hacía el despacho desde la Vega Central. Ella, a sus veintiocho años poseía un físico armonioso y estaba cómoda con él, aunque en ocasiones le era inevitable sentirse disminuida ante algunas congéneres que atraían miradas por ostentar una figura exuberante. Mas como respondiendo a una caprichosa eventualidad, en algún momento la buenamoza notera se inclinó para mostrar cierta variedad de productos cítricos, y no obstante que la toma fue fugaz la cámara dejó entrever un busto cimbreante, vehemente, que parecía querer escabullirse de la blusa que lo contenía.
¡Señorita Elisa, pase, la esperan! Mientras se erguía y alisaba su falda, puso todo su empeño en suprimir de su mente la figura curvilínea que, no obstante estar ya fuera de su campo visual, continuaba con la pintoresca nota desde el conocido Portal Comercial. Abrió con alguna dificultad la maciza puerta de madera, buenos días, dijo, antes de cerrar y dejar fuera la voz que seguía destacando las virtudes de frutas y hortalizas.
"Pero era claro que alguien debía realizar los despachos y las entrevistas.."
Carlos Morales Fredes, escritor