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El amor en los tiempos del virus
Sus miradas se encontraron en una mañana de sol, en pleno paseo 21 de Mayo. Fueron dos haces que quedaron registrados fotográficamente en la memoria interna, tanto de ella como de él, y ambos supieron, desde ese instante, que ineludiblemente volverían a encontrarse.
Así comenzó esa historia de un amor alimentado en cada reencuentro en los jardines y aulas de la universidad; historia que continuó con palabras, silencios, preguntas y respuestas; manos enlazadas, miradas, sonrisas; todo ello, adornado por la ternura, por el amor.
Él debía recorrer prácticamente de punta a punta la ciudad para estar con ella, para prodigar su amor en besos, en promesas, en la dicha del constante reencuentro.
Tras el paso por la universidad, su amor siguieron alimentándolo ya jóvenes profesionales, ahora con la convicción de que estarían unidos para siempre, convencidos de que la fuerza del sentimiento derrotaría cualquier obstáculo que se interpusiera en sus propósitos.
Cuando el virus comenzó a causar estragos en la salud y la vida de tanta gente en otros continentes, ellos, al igual que muchos aquí, no se inquietaban tanto, pensando que era un peligro demasiado lejano como para que les afectase, y que su amor les protegería siempre de todo lo que pudiera amenazarlos.
Cuando llegó el virus a pasearse por nuestras calles y avenidas, siempre pudo más el amor de ambos, burlando las prohibiciones, los toques de queda, las cuarentenas.
Ella, ahora, se encierra en su cuarto de soltera, y con el dolor de la soledad y la ausencia, horas y horas mira, acaricia, humedece con sus lágrimas, ese vestido de novia que espera una ceremonia inconclusa. Ella ahora espera, con su rostro cubierto por una mascarilla, día a día, noticias alentadoras que aún no llegan; noticias que con la fe del amor, anhela que traigan desde el aislamiento a sus brazos a su amado, a ese ser especial, único, que ella eligió con el cruce de miradas en una mañana luminosa, en pleno paseo 21 de Mayo.
"Tras el paso por la universidad, su amor siguieron alimentándolo ya jóvenes profesionales.."
Miguel Durán Candia, profesor de Estado en Castellano