editorial
El fin de la cuarentena
Después de casi un mes de cuarentena, a partir de esta noche, a las 22 horas de hoy esta medida dejará de regir y sólo se mantendrá en vigencia el toque de queda establecido entre el mismo horario, las 10 de la noche y las cinco de la mañana del día siguiente, que seguirá hasta que la autoridad lo determine. Esto significa que a partir de mañana sábado no será obligación que las personas permanezcan en sus residencias con las mismas restricciones establecidas hasta ahora.
El fin de la cuarentena ha sido una decisión que ha motivado diferentes comentarios. Por un lado, se habla de lo controvertido que es terminar con ella en circunstancias en que todavía se mantienen los riesgos de contagio y si bien en nuestra región estos han descendido, el comportamiento de la población una vez terminada la medida podría generar un cambio negativo de escenario. De hecho, autoridades como el mismo alcalde Gerardo Espíndola se han mostrado en contra del fin de la cuarentena.
Sin embargo, también está aquella parte de la población que se ha manifestado abiertamente feliz por poder salir de casa y retomar algunos aspectos de la vida cotidiana, eso sí, con los debidos resguardos.
En virtud de estas dos visiones, es indispensable tomar en consideración aquello que la cuarentena nos ha enseñado como sociedad.
En rigor, sería ideal que las medidas de protección, de distanciamiento social y de salidas solamente en casos estrictamente necesarios y de manera muy esporádica, se mantuvieran más allá de que existiera un decreto. El fin de la cuarentena es un llamado a la conciencia ya a tener presente siempre el autocuidado y la empatía, el pensar en las demás personas.
Sólo si ponemos en práctica aquellas conductas sanitarias que más se relacionan con el significado de fondo que tiene el confinamiento, podemos aspirar a que los contagios y sus lamentables efectos vayan retrocediendo. Eso, no sólo por una orden o un decreto que obligue, sino más bien porque enfrentar esta pandemia ya debe ser parte de la cultura de cada uno de nosotros.
"Ahora, sin una orden ni un decreto, la conciencia y el autocuidado depende de todos y cada uno".