La nueva normalidad

Cuando solo un tercio de la población mundial está compuesta por individuos nacidos en el siglo XXI y cuando pensábamos que los valores tradicionales continuarían siendo parte de la dinámica social por un buen tiempo, la llegada del covid19 nos está haciendo caer en cuenta que esta proyección podría cambiar, pues la profunda ruptura del sistema que es necesaria para producir una mutación en la manera de pensar, está ad portas.

Dentro del contexto de la pandemia, cuando muchos pensábamos que el común denominador del momento sería la solidaridad y la unidad para enfrentar la emergencia, con desencanto vemos que los factores que priman en el presente son el pragmatismo, la frialdad y el individualismo, actitudes que se manifiestan en la conducta de las autoridades y la población en general, para quienes lo importante es cumplir el objetivos operacionales - llámese precisar el lugar de Chile en el ranking de testeos PCR, o ir al Mall durante el fin de semana - en vez de identificar el propósito fundamental de la acción que nos debe mover -, que no es otro que buscar el bien común, mediante la disminución del impacto del virus en la población.

Así dentro de este contexto, hoy es triste ver como los poderes del Estado se desgastan en vanas discusiones sobre cómo enfrentar la crisis y todos nos quejamos; para terminar pidiendo que se cree una mesa de trabajo, que "estudie" alternativas de solución a la emergencia sanitaria y se proponga la promulgación de una ley, que contemple todos los procedimientos y las fiscalizaciones que sean necesarias, para que se corrijan los errores detectados y se castigue a los responsables de la negligencia; lo que no garantiza que la ley va a asegurar la disminución del impacto del virus en la sociedad.

Pareciera que habrá que esperar que la pandemia dicte las reglas del juego de la "nueva normalidad" y serán éstas las que reemplazarán las antiguas estructuras de pensamiento y conducta social, trayendo una nueva mirada respecto de nuestras responsabilidades para con la comunidad.

"es triste ver cómo los poderes del Estado se desgastan en vanas discusiones".

Jaime Gómez Douzet, Doctor en filosofía

Más diálogo

Que la política es relevante, ha quedado más que claro en estos meses de crisis social y pandemia. Ciertamente la labor de quienes la ejecutan -buscar el bien común- es fundamental, sobre todo en momentos tan complicados como los que vivimos.

A saber, la conversación política enfrenta visiones ideológicas diversas con el fin de llegar a consensos básicos para el desarrollo futuro de la sociedad, evitando la violencia y el derramamiento de sangre en la búsqueda de ese objetivo.

Así hemos concluido que la democracia como sistema es una buena manera de resolver aquello, un espacio donde colisionen opciones diversas para que se imponga la mejor fundada. El diálogo entre gobierno y oposición es lo que termina mejorando las leyes que nos gobiernan y en consecuencia, los efectos positivos sobre la sociedad.

Sin embargo, Chile parece sobre excitado respecto de la construcción ideológica, al punto que parece convertirse en una nación intoxicada de lo mismo: de ideologías que pugnan en todos los frentes, los más insólitos, olvidándose del bien común, para solo buscar el poder.

Así no es extraño o raro (y ciertamente nefasto, habría que añadir) que incluso un fenómeno tan delicado como el COVID-19 se convierta en un campo de batalla entre unos y otros, donde no existe la colaboración, sino solo el enfrentamiento permanente.

Y aquello no es exclusivo de autoridades y parlamentarios, sino que parece estar enquistado en la sociedad nacional, cuestión aún más preocupante.

A Chile le ha hecho daño este exceso, el país parece cada vez más dividido entre buenos y malos y así difícilmente pueden conseguirse resultados.

Lo ideológico no puede hacerse primar, incluso sobre la vida, como algunos lo pretenden. La vida y sus misterios nos muestran una y otra vez que esta es mucho más grande y amplia que hipótesis y teorías.

La política es muy relevante, pero esta debe observarse y practicarse para avanzar, no para andar solo clavando banderas. El ser humano es el centro, no nuestras ideas y convicciones, por relevantes que nos parezcan.

"Lo ideológico no puede hacerse primar, incluso sobre la vida, como algunos lo pretenden".

Una celebración diferente

Durante la celebración del Día de la Madre hubo quienes no pudieron visitar a sus madres debido a la cuarentena, pero aún así las saludaron virtualmente o por teléfono. Fue un día distinto, para recordarlo.

¿Será esta la final?

Comienza una nueva semana y la incertidumbre se apodera de muchos ¿Se levantará ya la cuarentena? Es la pregunta que varios ariqueños se hacen...Habrá que esperar hasta el jueves para tener respuesta.

Como un día normal

Las calles de la ciudad, que durante los días pasados habían permanecido prácticamente vacías, ayer se volvieron a llenar de vehículos desplazándose por doquier, generando una congestión vehicular en algunos sectores.