La expresión "antes y después de" es usada comúnmente para referirse a puntos de inflexión en la forma de pensar, que se manifiestan en la trayectoria del comportamiento histórico social de los humanos.

Como ejemplos de inflexión, podemos mencionar que se habla de un antes y después del siglo XVI, cuando la teoría heliocéntrica de Galileo Galilei, desplazo la creencia de que la tierra era el centro del sistema planetario, marcando el fin de la Edad Media y el comienzo del Renacimiento.

De igual modo, en antropología se habla de un antes y un después de que la raza humana desarrollara la escritura, lo que hizo posible contar con un registro histórico de los niveles de evolución de la sociedad; y es así que hablamos de un antes y un después de la caída del Imperio Romano y de un antes y un después del descubrimiento de América, y de un antes y un después de la revolución francesa y hasta un antes y un después de la caída del muro de Berlín; y - si nos proyectamos a futuro - por que no decir que quizás muy pronto hablaremos del antes y el después del corona virus - la primera pandemia del siglo XXI- inflexión que a todas luces va a generar profundos cambios respecto de lo que hasta 2019 considerábamos como una "vida normal", cuya definición hoy es más incierta que nunca.

El impacto de una pandemia no hace diferencias de clase social ni de origen, es un llamado a estar preparados para lo que venga, ya que probablemente los cambios van a redefinir en forma dramática nuestras prioridades y estilos de vida; como en su tiempo lo hizo la viruela, la peste negra y la gripe española, y mas recientemente, lo causó el VIH; enfermedades que según las estadísticas han producido 500 millones de muertes en los cinco siglos que nos preceden.

"El impacto de una pandemia no hace diferencias de clase social ni de origen, es un llamado a estar preparados para lo que venga...".

Jaime Gómez, Dr, en Filosofía

Este fin de semana se vio varias calles sucias, con bolsas de basura a plena luz del día, cuando lo que más se pide en estos tiempos de pandemia es hacer un buen manejo de los desperdicios domiciliarios.

En la playa

Autoridades ayer expresaron con preocupación y molestia, que durante el fin de semana se vio a personas en playa El Laucho, incluso algunos disfrutando del mar. Al parecer, algunos juran que esto se trata de vacaciones....

El conejito pasó igual a visitar a los niños

Durante el Domingo de Resurrección, el Conejito de Pascua obtuvo su pasaporte especial para ir a visitar a los niños ariqueños y llevarles los huevitos de chocolates que tanto les gustan. Ni la pandemia lo detuvo.

Tal como ocurrió durante gran parte de la crisis social, la respuesta con ayuda para la ciudadanía en el contexto del coronavirus, está lejos de ser el definitivo y necesario.

Chile ostenta, hasta ahora, un trabajo muy destacable en lo sanitario. Se han hecho esfuerzos enormes aplicando test a tres mil personas por día, se han levantado hospitales de emergencia, se realizó una importante compra de ventiladores, es decir, nos hemos preparado, a lo que debemos sumar la solidez del sistema nacional.

Quien no lo entienda o no lo acepte solo debe hacer el ejercicio de comparar a Chile con el resto del mundo en indicadores como expectativa de vida, mortalidad infantil, enfermedades solucionadas. Esto no significa que todo está saldado y nada haya por hacer.

A modo de ejemplo, el acceso a la salud y la equidad son materia pendiente y eso explica porqué las personas de menores ingresos viven menos años que aquellos de sectores más acomodados.

El trabajo del ministro Jaime Mañalich ha sido -salvo algunas declaraciones innecesarias- bastante correcto.

Pero hay una materia pendiente en ayuda económica/social. El gobierno no ha sido lo suficientemente explícito con los bancos en materia de los beneficios que estos deben entregar a los consumidores, salvo declaraciones "buenistas" y ruegos simplones como los realizados por Lucas Palacios, ministro de Economía. Hasta ahora no hubo congelamiento del cobro de servicios básicos y no se ha resuelto el problema que cada año plantean las alzas de las isapres, las mismas que la Justicia califica de arbitrarias e ilegales.

Un sector del gobierno parece no entender la magnitud de lo que la población puede enfrentar, como tampoco entendió antes la profundidad de la molestia con la construcción de país que hemos hecho.

Hasta ahora no hay un proyecto que verdaderamente implique un esfuerzo de los sectores más privilegiados. Todo lo que se ha hecho apunta a más esfuerzos de los mismos sectores, vale decir, cambios que resultan insuficientes.

El ejecutivo, en especial el Presidente, siguen perdiendo oportunidades, no de subir en las encuestas, sino de construir el Chile del mañana que necesariamente debe considerar realidades muy distintas a las de hoy.