Ex Cobreloa revela el drama en Ecuador
Ignacio Herrera, actual jugador del club Mushuc Runa, asegura que a las autoridades de esa nación el coronavirus se les "escapó de las manos".
Deportes - La Estrella
U no de los países sudamericanos más afectados con la pandemia de coronavirus es Ecuador, donde en los últimos días hubo gente que murió en la calle debido a esta enfermedad.
Un chileno que vive esta realidad es el ex Cobreloa, Ignacio Herrera.
A sus 32 años llegó a la ciudad de Ambato para defender al club Mushuc Runa de la Primera División. "A pesar que el principal foco de contagio está en Guayaquil, acá estamos a menos de 300 kilómetros y la preocupación es alta, porque también es probable que hayan casos que no han sido detectados. Toda esta región en la sierra ecuatoriana esta cerrada, pero no es garantía de total seguridad. Por eso es tan importante quedarse en casa y no salir. Porque afuera puede estar el virus en cualquier persona", reconoce el ariete que estuvo en Calama entre los años 2013 y 2015.
Encerrado
Herrera quiso ver la opción de viajar a Chile pero no se puede salir fácilmente de Ecuador.
"Las fronteras están cerradas para salir de la región. Por ejemplo, necesitas un salvoconducto especial y las autoridades no recomiendan salir porque el aumento de casos en este país ha sido demasiado fuerte.
Si bien habían medidas, lo que pasó en Guayaquil en los últimos días, con gente muerta en las calles, habla de que se les fue el tema de las manos", asegura.
Alarma
El jugador, con paso en Palestino antes de su última aventura en el extranjero, reconoce que "la situación acá es de alarma total, porque todo evoluciona para peor y muy rápido.
Las medidas nunca son suficientes y los sistemas de salud para tratar a los contagiados están colapsados", revela.
Herrera cuenta que "la principal causa de contagio es un poco la que me cuentan desde Chile. Que pese a que había medidas dictadas, al no existir obligatoriedad la gente no las seguía y el aumento de casos fue imposible de contener".
El jugador ha estado en otros países por su profesión, pero nunca había vivido algo extremo.