Gracias a los avances en el área de la salud se ha incrementado de manera considerable la esperanza de vida y envejecimiento de la población mundial.

En Chile, la esperanza de vida actual es de 79,27 años.

En mujeres es de 82,09 años y 77,18 años en hombres.

Lo anterior conlleva a que los adultos de la tercera edad se vean expuestos a mayores riesgos de adquirir enfermedades crónicas, alteraciones cognitivas y motoras, aumentando su fragilidad.

Es importante considerar que, en su mayoría, los adultos mayores atraviesan todos estos problemas de salud en soledad … al cuidado de su cónyuge o un familiar del mismo grupo etario, influyendo en la calidad del cuidado y acompañamiento que recibe la persona veterana.

Así como el impacto negativo sobre la salud del cuidador/a, tanto física como psicológicamente.

En este sentido, y tomando en cuenta que no todos los cuidadores cuentan con redes de apoyo que les permita bajar la sobrecarga que significa cuidar a otra persona con este tipo de enfermedades, es que desde el área de la salud del Centro de Formación Técnica Santo Tomás, desarrolla un proyecto que reduce parte de esta recarga, y le entrega un espacio de autocuidado, mientras simultáneamente aporta al bienestar del paciente por medio de su aseo.

Así como también a su estimulación y prevención del deterioro cognitivo.

Este proyecto fue uno de los finalistas en el "Segundo Concurso de Innovación Social Santo Tomás 2020: Transformar para Impactar", por lo que estudiantes de la carrera Técnico en Enfermería podrán realizar visitas a domicilio en Arica, cuatro horas semanales, adecuándose a las necesidades de la familia que será intervenida, poniendo énfasis en la higiene y la estimulación de los adultos mayores.

"Este proyecto fue uno de los finalistas en el Segundo Concurso de Innovación Social Santo Tomás..."

Mg. Judith Mamani, Directora Área Salud, CFT Santo Tomás Arica

Las pequeñeces son las que hunden a las personas, familias, sociedades y naciones, la calidad de sus conversaciones y los ánimos con que se abordan estos encuentros.

Observemos lo que pasa en nuestro país por estos días tan complicados de entender. El desencuentro entre mundos es enorme. Entre jóvenes y adultos, entre la izquierda y la derecha, entre el gobierno y la oposición; incluso al interior de cada coalición.

Llevamos el acento solo en la diferencia, en aquello que nos divide y no en las cosas que podemos hacer en conjunto. Hay un mal ánimo determinado por la desconfianza interpersonal y con las instituciones, cosa que es más profunda de lo que creemos y calibramos.

Seguimos insistiendo en escarbar en los errores del otro, sin detenernos a plantear soluciones, que es lo que reclama la población. La crisis de la política tiene que ver con esa incapacidad de conversar, de llegar a acuerdos, de crear escenarios y estados de ánimo distintos, lo que solo será posible si aprendemos a respetar al otro, aprendemos a conversar y colaborar y entendemos que las soluciones solo llegarán por esta vía y no por el camino de la violencia o el choque frontal.

El país y el mundo se enfrentarán a desafíos cada vez más competitivos y nuevos en el futuro. Tenemos, por ejemplo, un escenario delicado con la pandemia de Covid-19, situaciones abiertas en materia económica e incluso bélicas, por conflictos en otras partes del mundo.

Pero también están los avances en robotización, nuevas tecnologías, las cuales seguirán modificando profundamente el empleo y las relaciones.

También sería tiempo de dedicarle tiempo a eso, porque la crisis y su estallido del 18 de octubre, no es el fin ni el término de nada, es solo otro momento delicado y desafiante, propio de una sociedad moderna, en cambios y mucho más exigente.

Pero todo lo ganado, las posibilidades que hay hacia el mañana, pueden perderse completamente si no somos capaces de escucharnos, llegar a consensos y definir caminos de desarrollo al respecto. Abramos los mundos y conversaciones a cuestiones relevantes.