Ariqueñas luchan por reinsertarse a la sociedad a través de la construcción
Se trata de Elena García y Constanza Esquivel, quienes quieren dejar atrás su pasado a través de una experiencia pionera impulsada por la Corporación Cimientos de la Cámara Chilena de la Construcción.
Alberto Irarrázaval
Un nuevo desafío se está desarrollando al interior de la Corporación Cimientos (reinserción sociolaboral para personas infractores de ley) de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), que en esta versión incluyó de manera inédita a 2 mujeres, las que se están capacitando en aplicación de técnicas constructivas; trabajo que se está desarrollando en la Junta Vecinal n° 49 Ancolacane, en el sector norte de la ciudad de Arica, donde están realizando mejoras a espacios comunitarios.
Se trata de Elena García y Constanza Esquivel, dos ariqueñas que quieren dejar atrás su pasado para reescribir una nueva historia con letras de concreto, por ello optaron por integrarse de lleno al mundo de la construcción, desafío que las tiene muy motivadas y donde vieron una opción real de integrarse al mercado laboral.
Pese a que históricamente la construcción es asociada a varones, esto es algo que ha ido cambiando. Es más, ellas lo han refrendado mostrado mucha capacidad, sobre todo en áreas como terminaciones en obra fina.
"Al interior de la cárcel ya había aprendido, sin saber nada antes; me encantó y con ganas de seguir aprendiendo más. El arquitecto a cargo nos ha enseñado mucho en el sentido de medir, uso de escuadra; más técnico, más detallado", explicó Elena García, quien destaca en su manejo de soldadura y esmeril.
Por su parte, Constanza Esquivel agregó que "me tocó la oportunidad de ser seleccionada por buen compartimiento; ahí empecé de cero, donde quise dedicarme a ceramista, sé hacer muchas cosas. Me gustó, porque demuestra que las mujeres podemos hacer de todo. En el curso de acá los hombres nos hacen sentir integradas, nos han enseñado mucho".
Ambas destacan el quehacer de la Corporación Cimientos, que ha realizado un intenso trabajo reinsertando laboralmente en la construcción a más de 150 personas, en las nueve versiones que han llevado a cabo desde el 2015. El programa ha sido alabado por diversos actores, como beneficiarios, Gendarmería, Gobierno y, sobre todo, por los empresarios de la construcción, quienes destacan el grado de compromiso que han encontrado en los egresados de la entidad de la CChC, reafirmando el trabajo público-privado.
Hijos y compañeros
Una motivación especial es la familia, ya que ambas son madres y pretenden entregarles un buen hogar a sus hijos; aprendiendo de sus errores y entendiendo que lo único y más importante son los afectos de sus seres queridos, claves para un proceso exitoso.
"Era una persona loca; me fui a Iquique buscando dejar de lado las drogas, hasta que hubo un momento que caí presa y ahí comencé a sentar cabeza y entendí que no estaba bien, que estaba haciendo mal las cosas, por esto perdí a mis hijos. En la cárcel me porté bien, a hacer conducta. Quiero tener a mis hijos conmigo, para eso trabajo", reflexiona García. Constanza confiesa: "¿Un sueño? Quiero ser una mujer normal, mi trabajo, mi casa y mi hija; mi sueño es ser una persona normal, con vida normal, lo que pasó fue un error".
Otro elemento especial es la responsabilidad de dejar las puertas abiertas para que otras compañeras que están esperando una oportunidad y, por qué no, realizar un Cimientos femenino en el corto plazo.
"Obviamente si las dos hacemos bien el trabajo le daremos oportunidad a quienes vienen tras de nosotras, porque en reinserción siempre se piensa en hombres y no en mujeres. Los oficios laborales de mujeres son costura y alimentación", explicó Constanza.
Por su parte, Elena asume la responsabilidad: "Sabemos que si lo hacemos bien eso significa que otras amigas podrán entrar a Cimientos el próximo año".
Mujeres integradas
El arquitecto a cargo de Cimientos, Iñigo Zalduondo, destaca que este programa se ha dado diferente a los demás al vincularse a temas técnicos relativos al género: "Buen desafío, porque la mujer es más detallista en sus cosas. Los cursos anteriores acusaban detalle en la terminación final, pero la mujer es más perfeccionista en el fragüe de cerámica; esa dualidad me aporta a que la terminación quede mejor. En la obra se contrata cada vez más mujeres, se complementa con el hombre".
Sobre la relación hombre-mujer en obra la dupla psicosocial de Cimientos compuesta por Stephanie Coscing y Angélica Toledo comentaron que "estamos orgullosas de trabajar en materia de reinserción social, viendo cómo los beneficiarios y las beneficiarias alcanzan sus sueños y propósitos. Es importante trabajar con enfoque de género y paridad, dado que la inserción de la mujer en el rubro de la construcción ya es un hecho".
El presidente regional de CChC, Luis Herrera, expresó que "el sector de la construcción y la Cámara están comprometidos con la reinserción laboral y el entregar segundas oportunidades a quienes deseen sumarse, de ahí que Cimientos es una muestra de un trabajo exitoso entre sectores públicos y privados".
Sobre esta nueva oportunidad de vida de construir sobre cimientos sólidos, Elena García y Constanza Esquivel dicen una frase contundente, con sello de mujer: "Nos interesó, porque da una oportunidad laboral para reinsertarse, y la única forma es empezar con un trabajo. Estamos encantadas con este curso, motivadas para tener trabajo, aprender y, quizás, a futuro mandar nosotras".