Permítame Señor Director, dirigirme a través de su medio, a mis colegas Asistentes Sociales con ocasión de conmemorarse un aniversario más de nuestro día profesional. Debo expresar mi cariño y compromiso irrenunciable con las personas más vulnerables de nuestra sociedad, quienes no han podido o no han tenido la ocasión de alcanzar un mínimo de bienestar socioeconómico y espiritual. Con ya varias décadas de profesión en el cuerpo, quiero extender un mensaje a mis colegas más jóvenes y a quienes ya no lo son. El título es un hito de partida en este camino que no termina, porque siempre habrá quienes necesiten de nosotros, aunque sea una palabra de aliento. La carrera siempre estará llena de escollos, pero el superarlos es un desafío no solo personal. Si tuviera que elegir volvería a estudiar lo mismo. No elegimos este desafío profesional para estar al lado de las injusticias, por el contrario.
Hoy día más que nunca, queridos colegas debemos estar atentos, pues el estallido social que recientemente apareció en nuestra sociedad, que se gestaba desde ya varias décadas, en el cual directa o indirectamente somos actores, nos presenta verdaderos desafíos. Las personas independientemente de sus diferencias políticas o religiosas, requieren buena y oportuna atención de salud, educación de calidad, seguridad de vivienda, salarios dignos, etc,. No podemos ser simples observadores sentados frente a un escritorio. Debemos entender el proceso y proponer formas de mejorarlo, cada uno desde su frente de trabajo. Me viene a la memoria, las luchas de los ochenta por recuperar la democracia, por verdadera justicia y libertad.
Un reconocimiento sincero a esta nueva generación de trabajadores y trabajadoras sociales, que han logrado restablecer el diálogo entre nosotros, reactivando el Consejo Regional de Trabajadores Sociales de Arica y Parinacota. Finalmente no puedo dejar de hacerlo, extender un cálido abrazo hacia la eternidad, donde algunas colegas destacadas se encuentran tal vez descansando después de su larga jornada. Me refiero a Wanda Clemente Garate, Estela Zamorano, Aurora Henríquez y Elena Parra, con quienes tuve el privilegio de compartir en forma personal y profesionalmente.
Leonel Claros Díaz
Asistente Social-U. de Chile
La basura