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Aire tóxico de las marchas sigue afectando a vecinos

Familias explicaron que si bien las marchas son pacíficas, estas terminan con lacrimógenas y la quema de neumáticos que contaminan el aire.
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Bibiana Mamani H.

El 19 de octubre se convocó el primer cacerolazo en la rotonda Tucapel, la cual terminó con la quema de neumáticos y destrozos que enlodaron la manifestación pacífica que unió a varias familias y comunidades. Las mismas que vuelven día tras día para mostrar sus descontento, por eso tras dos semanas de marchas y cacerolazos en el sector, los vecinos se ven afectados por los ruidos molestos y la contaminación del aire.

De todo lo anterior, lo más molesto para las familias afectadas ha sido el gas de las lacrimógenas que cayeron en sus hogares y el polvillo negro de las quemas, las que se expanden con rapidez en el sector.

"Mi madre está enferma de los pulmones, por eso depende de tanques de oxígeno, porque no puede respirar este aire contaminante, porque aún se siente las lacrimógenas", contó Roxana Madueño.

Desde que comenzaron las marchas, Roxana ha tenido que trasladar a su madre a casa de familiares.

Por su parte Yubitsa Brito explicó que cada mañana debe limpiar el mesón de su negocio, porque se acumulan restos de hollín provenientes de las quemas de neumáticos y otros.

"Cuando comienzan los enfrentamientos mi madre y yo nos encerramos en el cuarto del medio por seguridad. Y cuando salimos en la mañana vemos todo el mesón con polvillo negro, y eso es lo que estamos respirando, aire tóxico", contó.

Brito comentó que entiende las razones de las manifestaciones, pero recalcó que "el vandalismo a veces supera a las marchas pacíficas".

Durante los enfrentamientos que se produjeron entre carabineros y encapuchados, Luis Sánchez se vio afectado con la caída de 2 bombas lacrimógenas en su patio y otras cinco alrededor de su hogar.

"El aire era insoportable, por eso tuvimos que trasladar a mis nietos al sector norte con otros familiares, porque algunos manifestantes se escondía en nuestros pasajes y las lacrimógenas caían de a una o dos en diferentes marchas", contó.

A pesar de que los disturbios bajaron de intensidad, los vecinos comentaron que prefieren resguardarse en sus hogares y evitan salir de noche.

"Desde que comenzaron las marchas hubieron gases lacrimógenos que afectaron a muchos vecinos, por eso los enfermos tuvieron que ir a otro sector. Pero con el paso del tiempo, los destrozos se calmaron, gracias a la presencia de Carabineros, que hasta ahora hace vigilancia y cuida el sector del Líder, por eso me siento un poco más seguro, pero de todas formas trato de no salir de noche", explicó Raúl García, un adulto mayor que fue testigo de disturbios.

Replicaron la iniciativa de los "chalecos amarillos"

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Roxana Madueño es vecina de la población Chile, cercana a la rotonda Tucapel, donde se inició la primera de las marchas, la cual terminó con disturbios y varias lacrimógenas dispersas en el sector. Ante ese panorama, los vecinos en su momento tuvieron que cuidar sus pasajes para que los desmanes no se trasladen al interior de la cancha ubicado en pasaje los Sauces con Libertad.

"En esa oportunidad los vecinos salieron y se pusieron los chalecos amarillos para identificarse como vecino del sector y cuidar las casas, porque había mucha gente de otros lados que se refugiaron en los pasajes tras los disturbios ", contó Roxana Madueño.

Tras ese episodio, los vecinos no han tenido que recurrir a los chalecos, debido a que las personas que se manifestaron de forma radical destruyendo y quemando, no atentaron contra los hogares, sin embargo dejaron una sensación de inseguridad en las familias, quienes se vieron en la necesidad de unirse para afrontar cualquier situación.

"Estamos de acuerdo con las marchas, incluso yo fui, pero no es necesario los destrozos y quemas ", contó Madueño.