"Un autor que es fácil de imitar no merece ser reconocido como tal", dijo alguna vez el escritor austriaco Peter Handke, quien fue anunciado el jueves como el ganador del Premio Nobel de Literatura junto a la polaca Olga Tokarczuk. La imposibilidad de imitarlo se debe a su inquietud constante -es novelista, dramaturgo, guionista e, incluso, director de cine- y a un espíritu rupturista que paradójicamente alguna vez lo llevó a decir: "¿El Nobel de Literatura? Habría que suprimirlo. Es una falsa canonización que no aporta nada a los lectores".
Admirado por una legión de lectores a lo largo del mundo, su nombre resuena también en el cine donde se hizo conocido especialmente por sus colaboraciones con el cineasta Wim Wenders. La primera fue "Tres LPs americanos" (1969), cortometraje experimental en la que el cineasta y el escritor analizan tres canciones (una de Van Morrison, otra de Creedence Clearwater Revival y otra de Harvey Mandel) sobre paisajes de carreteras y lugares desolados. Luego, en 1971, Handke adaptó para el cine su novela "El miedo del portero ante el penal" con Wenders en la dirección. El resultado es una de las mejores películas de la filmografía del director, la crónica de alienación de un arquero que deambula por la ciudad tras ser expulsado de un partido de fútbol.
"Falso movimiento" nació en 1975 como otro proyecto colaborativo con Wenders, a estas alturas ya consolidado en el panorama cinematográfico alemán.
El bloqueo creativo de un escritor sirve de excusa para un extraño viaje en tren. Aunque arrasó en los premios de la industria alemana, su impacto no sería nada comparado a lo que vendría después: "Las alas del deseo" (1987), adaptación de Wenders de la novela "Cielo sobre Berlín" de Handke. Protagonizada por Bruno Ganz como un ángel que sobrevuela Berlín, contó con la participación del actor Peter Falk (en un homenaje a John Cassavetes), del músico Nick Cave y de una amplia lista de figuras contraculturales. Recaudó premios en todo el mundo, incluido el Festival de Cannes, donde Wenders fue reconocido como Mejor Director.
Aunque insignificante frente a la producción de Wenders, la trayectoria de Handke como cineasta no es para nada desdeñable. Mientras vivía en la comuna francesa de Clamart, adaptó a la pantalla su novela "La mujer zurda" (1978), centrada en una mujer que busca cambiar su rutina mientras enfrenta una separación conyugal. Siete años más tarde realizó su película más intimista y personal: una adaptación de la novela "El mal de la muerte" (1985), de Marguerite Duras, en clave de cine de ensayo y con él mismo reservándose el papel principal. El tercer y último largometraje realizado por Handke es el alegórico "L'absence" (1992), que sigue a un anciano, a una joven, a un soldado y a un jugador a través de una geografía apabullante e irreal