EN RESUMEN
Se trata del primer largometraje de Felipe Ríos, quien antes había realizado cortos. Es también el debut en cine de la actriz Antonia Giesen.
Se trata del primer largometraje de Felipe Ríos, quien antes había realizado cortos. Es también el debut en cine de la actriz Antonia Giesen.
Alfonso Iommi es ensayista y docente del Instituto de Arte de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Con "Ensayo de eclipse" (Catálogo Libros) recorre la trayectoria gráfica y vital de Saul Steinberg, un artista que publicó sus dibujos en revistas como Vogue, Life, Harper's Bazaar y, especialmente, The New Yorker.
-¿Por qué quisiste abordar la figura de Saul Steinberg?
-Steinberg fue hijo de un tipógrafo en Bucarest, estudiante disipado en Milán, expatriado en Ciudad Trujillo, soldado en China, celebridad en Park Avenue. Tenía el don de llenar sus trazos de sentido y hacerlos parecer triviales.
Se dedicó a los dibujos cómicos porque era lo único que valía la pena en América, según él, un continente cuyo arte no le interesaba casi nada.
Quise entender su reticencia a practicar su oficio.Daba la impresión de que la mayor fuerza detrás de su arte, era el deseo de no hacerlo.
-¿Por dónde podemos entrar a su obra?
-A primera vista llaman la atención los dibujos humorísticos que publicó en la prensa durante casi 50 años. El veneno de la comedia, sin embargo, consiste en que uno se distrae apenas entiende el chiste. Creo que es mejor entrar en la obra de Steinberg a través del enorme panel que hizo para la Exposición Universal de Bruselas en 1958. La última vez que el panel se expuso completo fue en 2013 en Colonia, Alemania, pero hay buenas reproducciones en el libro donde podrán apreciar las caracterizaciones de muchos personajes americanos.
-¿Por qué mezclas correspondencia de Steinberg con episodios que ficcionaste?
-Leí a un poeta inglés del siglo XIX que decía que la prosa consistía en capturar un instante expandiéndolo en el tiempo: el final de un discurso, decía, debe estar ya contenido en el inicio. Para poner a prueba esta idea, construí el libro a partir de las cartas que Steinberg escribió durante un año de su vida, 1984, evitando que el desarrollo dramático fuera cronológico e introduciendo episodios pasados y futuros en medio de la narración.
Se ha vuelto habitual que el cine chileno recorra festivales internacionales con películas pequeñas e intimistas que no aspiran a marcar hitos. "El hombre del futuro" representa perfectamente esa camada de obras cinematográficas discretas y de estampa local que resultan atractivas para un público internacional. La ópera prima del director Felipe Ríos se estrenó, de hecho, en el Festival de Karlovy Vary, donde Antonia Giesen obtuvo la mención especial del jurado como artista revelación. El reconocimiento es merecido porque la actriz del área dramática de Mega -en su debut cinematográfico- está convincente como Elena, una adolescente dura y decidida que aspira a convertirse en boxeadora. Para eso abandona su colegio en Cochrane y se lanza a un viaje por carretera a través de La Patagonia con el fin de competir en un cuadrilátero. Quien la transporta es Cuatro Dedos (Roberto Farías), un camionero solitario como muchos de los que transitan por esos caminos emplazados en medio de una naturaleza salvaje. Avanzando por la ruta está también Michelsen (José Soza), padre de Elena, un camionero que no ve a su hija desde hace más de 15 años y ahora, en su último viaje antes de jubilarse y con la idea de que el fin está cerca, busca cerrar las heridas del pasado.
En el camino recogerá a una joven (la actriz y directora argentina María Alche) que, en medio de sus expectaciones de carretera, funcionará como la proyección de su propia hija.