María José Collado Rojas
Mientras realizaba las labores del hogar, una madre no se percató a tiempo de que su hijo pequeño ya no estaba por los alrededores y que había caído a un estanque de riego que mantenían en el sector . En el momento en que notó su ausencia, ya era demasiado tarde.
El hecho se registró aproximadamente a las 13.30 horas en la ruta 5 norte, en una de las parcelas ubicadas en el sector de Pampa Concordia, cuando una mujer de nacionalidad boliviana alertó a personal policial que su hijo había caído a un pozo de gran profundidad. En el momento en que se informó este hecho, se determinó que este niño de 3 años, de iniciales D.M.M., ya había fallecido.
Por indicaciones de la fiscal de turno, Jocelyn Castillo, personal de la Brigada de Homicidios de la PDI concurrió hasta el lugar y adoptó el procedimiento correspondiente.
Cruzó la malla
De acuerdo a los antecedentes proporcionados por la PDI, durante la entrevista realizada a familiares directos, ellos dan cuenta que la madre del niño de 3 años estaba cocinando mientras el menor se encontraba jugando en las inmediaciones del inmueble de material ligero.
Cercano a este hogar, había un estanque utilizado para regadío con una profundidad aproximada de 5 metros, el cual estaba lleno de agua y se encontraba resguardado por una malla negra.
Sin embargo, había un sector de la malla que estaba rasgado por un metro, espacio suficiente para que el menor cruzara la medida de protección. En el momento en que lo hizo, cayó al estanque y se produjo su muerte.
"Fue un vecino quien le alerta de la situación a la madre, y cuando rescatan al menor, este ya había fallecido", agregó el subprefecto Bartheld.
Ante el examen externo policial, el jefe de la Brigada de Homicidios destacó que la data de muerte era de 3 a 4 horas, que no habían lesiones atribuibles a terceros y se determinó como causa probable de muerte una asfixia por sumersión.
"Esta es una situación que lamentablemente se ha repetido en otras ocasiones también, como en el Valle de Azapa", agregó.
General Villagra abandonó el Ejército y evadió preguntas
Leyendo un comunicado y sin responder las preguntas de la prensa, el comandante de la Primera Brigada Acorazada Coraceros, general Alejandro Villagra, confirmó su retiro voluntario del Ejército.
La renuncia se dio en medio de una investigación en su contra por presuntos actos de corrupción. La indagación, encabezada por la ministra Romy Rutherford, apunta a que Villagra se habría apropiado de $9,2 millones en la devolución de pasajes y fletes.
Villagra, junto a Humberto Oviedo e Iván Faber, otros uniformados investigados, acudió al Tribunal Constitucional para frenar la causa en su contra, instancia que rechazó el requerimiento. Además, estuvo algunos días detenido en el Batallón de Policía Militar de Peñalolén, consiguiendo su libertad previo pago de $500 mil como fianza.
"Como es de conocimiento público, el Tribunal Constitucional ha decidido rechazar los recursos presentados por la causa que se dirige en mi contra y aunque soy inocente de los cargos que se me imputan, lo que espero que sea confirmado por los tribunales, soy también conciente de que la incertidumbre provocada por la actual situación procesal afecta no solo a mi persona y mi familia, sino también al importante mando que el Ejército me ha confiado", leyó.
El ahora ex general militar agregó que por su lealtad a la institución, anunció su retiro voluntario, "con la plena convicción de que en la medida que pueda ejercer mis derechos a defenderme como cualquier ciudadano, se demostrará mi inocencia y la injusticia del proceso seguido en mi contra".
Agradecimientos
Antes de terminar su declaración pública, Villagra agradeció a los integrantes de la Brigada Acorazada Coraceros y a la Comandancia de Guarnición del Ejército Arica, "por su incondicional lealtad y camaradería. Al Ejército de Chile por todo lo que entregó a lo largo de mi carrera militar y a mi querida familia por su inquebrantable cariño y apoyo", culminó antes de retirarse sin responder consultas.