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Luego de 19 años, el 16 de abril de este año se promulgó la ley 21.151

Tras el reconocimiento: los próximos desafíos del pueblo tribal afrochileno

Dirigentes centran ahora su preocupación en la redacción del reglamento que convertirá el texto legal en acciones concretas y en el próximo censo, que deberá revelar cuántos son realmente los afrodescendientes del país.
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El 16 de abril fue un día histórico, luego de 19 años, el Estado de Chile reconoció legalmente al pueblo tribal afrodescendiente chileno.

Esa jornada se promulgó la Ley 21.151 que, por el momento, tiene 7 artículos, donde se específica que se entiende por afrodescendientes chilenos al grupo humano que, teniendo nacionalidad chilena en conformidad a la Constitución Política de la República, comparte la misma cultura, historia, costumbre, unidos por la conciencia de identidad y discurso antropológico, descendientes de la trata trasatlántica de esclavos africanos traídos al actual territorio nacional entre los siglos XVI y XIX y que se autoidentifique como tal.

Los dirigentes afros esperan ampliar la ley, incorporando políticas públicas que beneficien a su pueblo y para ello, tienen un año, para trabajar en el reglamento. Ese es ahora el siguiente paso luego del reconocimiento, que marcó un hito en su milenaria existencia.

La ley estipula, además, que los saberes, conocimientos tradicionales, medicina tradicional, idiomas, rituales, símbolos y vestimentas del pueblo tribal afrodescendiente chileno son y serán valorados, respetados y promocionados por el Estado, reconociéndolos como patrimonio cultural inmaterial del país.

Su historia, lenguaje y cultura de los afrodescendientes, y sus expresiones artísticas y culturales serán promovidos, a nivel educacional, desde el nivel preescolar, básico, medio y universitario.

En el artículo 5 se hace referencia a que quienes son reconocidos como afrochilenos tienen el derecho a ser consultados mediante el Convenio N° 169, de la Organización Internacional del Trabajo, sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes, cada vez que se prevea dictar medidas legislativas o administrativas susceptibles de afectarles directamente.

Para ello, el Estado incluirá la variante afro en los censos de la población nacional.

19 años de lucha

Pero para llegar a que el Estado de Chile los reconociera, hubo un trabajo de 19 años de parte de las organizaciones afroariqueñas.

Marta Salgado, presidenta de la ONG Oro Negro y miembro de la mesa técnico político del pueblo tribal afrodescendiente chileno, comentó que el proyecto de reconocimiento nació con la creación de la ONG. Ella junto a su hermana Sonia Salgado, fueron gestoras del movimiento afro en la región, que hoy ya es reconocido como pueblo tribal.

"El reconocimiento como pueblo era nuestro primer objetivo, luego se suman a esto, otras organizaciones como Lumbanga, Luanda, Hijas de Azapa, en total ahora son 45 organizaciones afros las que hay en la región. Hemos pasado por distintos procesos de desarrollo humano", plantea Marta.

La dirigenta afro recuerda que en el 2014 se realizó una prueba de caracterización con el INE, proceso que detalla se logró gracias al apoyo del diputado Luis Rocafull.

Según esa prueba aleatoria en la región de Arica y Parinacota, existen 8 mil 415 personas que se autoreconocieron como afro. Un 4.7% de la población de la región.

Ahora, la ley 21.151 le exige al Gobierno de Chile incluir la pregunta de reconocimiento afro en el Censo Nacional del 2022. Samuel Pozo, miembro de la mesa del pueblo tribal afrodescendiente de Chile, explicó que "con eso tendremos un número exacto de la población afrodescendiente que se reconoce como tal. Luego del censo del 2022, creo que vamos a ser sobre los 100 mil afrodescendientes y eso va a establecer que el Estado deba generar políticas para nuestra población relacionadas con educación, vivienda, salud, porque los afrodescendientes tenemos enfermedades de propensión étnica específicas como la hipertensión, artritis y artrosis. Además existe un déficit habitacional. Con ello, vamos a generar los lineamientos que sean beneficiosos para nuestro pueblo".

"Este proceso no para con la promulgación de la ley, si no se arma la ley con sus reglamentos es letra muerta", destacó Samuel Pozo.

Camila Rivera, abogada de la colectiva de mujeres afro "Luanda" e integrante de la mesa del pueblo tribal, explicó que la ley se publicó el 16 de abril de este año. "Esta ley reconoce la herencia de la diáspora africana en el territorio nacional, reconoce al pueblo tribal afrodescendiente, que es una característica importante, porque en Latinoamérica somos el único país que tiene un reconocimiento legal de la calidad de pueblo tribal".

Agregó que "la condición de tribal hace que se nos aplique el convenio 169, que tiene insertos muchos derechos humanos para los pueblos originarios y tribales. Es sumamente importante porque, a pesar de que existen, hasta ahora, 7 artículos, se materializa el derecho a la identidad, el cual es un derecho fundamental. Nos abre la puerta a un reconocimiento, esto quiere decir que estamos y existimos. Nos reconoce la necesidad de salvaguardar el patrimonio de nuestro pueblo. Esta ley delimita quienes se pueden reconocer como afrodescendientes".

La abogada específica que esta ley no incluiría a los inmigrantes, sino que sólo a los descendientes de la trata trasatlántica, que comprueben su descendencia a través de troncos familiares.

Samuel Pozo, añadió que esta ley de reconocimiento, en un principio era mucho más robusta, de más de 20 artículos, pero que con el proceso de discusión fue disminuyendo. "El Estado no quiere hacerse responsable de muchas políticas públicas que le corresponden.

Nos demoramos 19 años en poder tener una ley de reconocimiento, por lo tanto, pueden pasar 20 años más para poder robustecer esta ley y que existan atribuciones del Estado de cómo establecer procesos reparatorios para nuestro pueblo. Lo importante es que tiene un alcance nacional, que no es sólo para los afrodescendientes en Arica, sino que para todos los de Chile".

Los representantes de la mesa del pueblo tribal afrodescendiente de Chile comentan que la trata trasatlántica se inició cuando Arica era peruano, pero que, ademas, la población negra desembarcó en otros puertos de Chile como Coquimbo y Valparaíso. "Es una ley que tiene que ir profundizándose, debemos lograr generar el reglamento, establecer obligaciones y qué vamos a exigir nosotros como sociedad civil", complementó Samuel Pozo.

Azeneth Báez, presidenta de la ONG Lumbanga y de la agrupación Hijas de Azapa y miembro de la mesa técnica política del pueblo, argumentó que "nosotros como afrodescendientes debemos trabajar en los reglamentos. No vamos a esperar a que el Estado haga el reglamento sin incorporarnos. Nuestro pensamiento es que debemos empujar esto para que seamos tomados en cuenta. Para ello, debemos pasar por una consulta y esa consulta debe aplicarse en 2 ó 3 regiones más, ya que es una ley de alcance nacional. Debemos ir perfeccionando esta ley, que vaya cumpliendo los objetivos que esperamos especialmente para nuestras futuras generaciones".

Despojo familiar

Milene Molina, integrante de la Colectiva Luanda y coordinadora del Cono Sur de la Red de Mujeres Afrolatinoamericana, Afrocaribeñas y de la Diáspora, puntualizó que el proceso de trata trasatlántica partió en el 1.600 cuando personas son traídas desde África en forma esclavizada.

"Llegaron a este continente siendo bajadas en los puertos y vendidas. Estas personas venían hacinadas en los barcos, muchos eran botados al mar cuando se enfermaban para que no enfermaran a los otros, ya que eran traídos como mercancía".

"Venían de El Congo, Nueva Guinea, Angola y Mozambique, los traían a trabajar a las minas de Potosí, a los valles, hacían de todo. África es uno de los continentes más antiguos del mundo, por ende, las personas que traían tenían muchos conocimientos en distintos oficios, trabajo en cuero, en minas, era gente que venía con conocimientos".

El viaje, desde África a América, duraba aproximadamente 2 meses. Las familias eran separadas para que no tuvieran comunicación entre ellos, "Fue un proceso tremendamente doloroso, que es comparable con lo que pasó el pueblo judío, se habla de un genocidio. Lo nuestro también fue un holocausto, ¿por qué no se le da la misma importancia', tal vez porque era gente negra, se invisibiliza. Nuestras ancestras y ancestros fueron sacados de sus tierras, alejados de sus familias, traídos a este continente, maltratados, abusadas las niñas y mujeres, obligadas a trabajar por un plato de comida, maltratadas".

"Hace 2 generaciones atrás, nuestros familiares aún tenían la marca de la carimba, que eran las iniciales de los dueños. Decían que debían catolizar a los negros porque no tenían alma".

"Nosotros como máximo podemos llegar a 200 a 300 años atrás, pero antes del mar no sabemos nada de lo que fueron nuestras familias, nunca sabremos qué hubo detrás de eso".

Milene Molina, quien además es la encargada de la única oficina municipal afro en Chile, destaca el papel de las mujeres afros en la lucha por el reconocimiento.

"Hemos tenido un papel tremendamente importante. Las mujeres negras en 1992 crearon la Red de Mujeres Afrodescendientes en República Dominicana, que hoy está en 30 países. Cumplió 27 años esta semana y es la única organización articulada en el mundo afrodescendiente". Mabel López, presidenta del grupo infanto juvenil Mixtura Afroazapeña, que congrega a 30 aniños del sector Pago de Gómez, detalla que para el futuro esperan seguir trabajando en supervigilar los reglamentos de la ley y que los niños vayan aprendiendo de la historia.

"Una historia de la cual fuimos despojados. Necesitamos nuestras propias políticas públicas, luego de la trata, nuestros ancestros pasaron por un segundo despojo que fue la chilenización. No hemos trabajado en recuperar los espacios de nuestro territorio que subsiste como patrimonio inmaterial como las cruces de mayo, la peregrinación a Las Peñas, la celebración del patrono de San Miguel.

La presidenta de Mixtura Afroazapeña, contó que existe un convenio de colaboración con Junji para que, a través de cápsulas audiovisuales educativas, que creó la ONG Oro Negro, como parte de un Fondart, para que los niños de todo Chile puedan conocer el patrimonio inmaterial del pueblo tribal afro.

"Las cápsulas tratan sobre el papel de la mujer afro y cómo ellas fueron parte importante del desarrollo económico, ellas bajaban en burro y se reunían en el Mercado Central, traían la verdura de los valles y la distribuían".

El diputado Luis Rocafull, quien trabajó junto a las organizaciones afros en el proyecto de ley, enfatizó que "la ley 21.151, reconoce a los afrodescendientes.

Para algunos, se trata solo de otro pueblo que se agrega a la lista de los originarios, evidenciando una discriminación que viene con la construcción del Estado y un centralismo que invisibiliza lo distinto. Esta ley es un hito, porque hasta ahora la narrativa eurocéntrica negaba el componente africano en nuestra historia, vinculándola solo con la cultura cristiano occidental, dejando de lado toda otra vertiente cultural".

"Lo anterior, pese a que en 1558 negros, mulatos y zambos eran cerca del 25% de la población; que en Arica de 1.614 la población negra llegaba a 1.300 personas y que de los 800 mil habitantes que tenía Chile en 1810, 12.000 eran de origen africano. Aun así, impresiona que la historiografía criolla dejara fuera de los libros a los afrodescendientes, resaltando solo un mestizaje entre lo español y lo indígena, bajo la tesis del "encuentro de dos mundos".

"Algunos insisten con que en Chile no hay negros, pese a estudios que indican que el 4% de los chilenos tiene genes africanos. Los negacionistas no entienden que lo afrocéntrico no se opone a lo europeo ni a lo chileno, ni trata de sustituirlo".

"El Premio Nacional Lautaro Núñez dice que aunque somos un país que intentó hacerse desde la exclusión, no deja de asombrar la vocación de hacerlo respetado por la diversidad de quienes lo construyen".

"Tal vez por eso, pese a todo, lo africano sobrevivió como un pueblo, historia y una identidad que, por fin hoy, es reconocida".

Los representantes de la mesa del pueblo tribal afro, coinciden en que el reconocimiento es primer paso, pero que la lucha nunca termina porque el proceso de reconstrucción es amplio al igual que la generación de las políticas públicas para su pueblo.

"Este proceso no para con la promulgación de la ley, si no se arma la ley con sus reglamentos, es letra muerta". Hace 2 generaciones atrás, nuestros familiares aún tenían la marca de la carimba, que eran las iniciales de los dueños. Decían que debían catolizar a los negros porque no tenían alma".

Milene Molina,, encargada de la oficina municipal afro.