La Cámara de Turismo de Arica realizó esta semana una evaluación positiva de lo que fue la temporada de vacaciones de invierno en nuestra región, y especialmente el impacto que tuvo en la misma capital regional.

De acuerdo a las cifras que maneja el organismo, los hoteles alcanzaron una ocupación del 75% durante estos días. Esto representa una leve alza respecto del comportamiento que tuvo la ocupación hotelera durante el mismo periodo del año pasado.

El presidente de la Cámara de Turismo de Arica, Ricardo Jorquera, explicó que a través de una encuesta local aplicada entre los asociados de este gremio, se llegó a la conclusión de que la temporada de invierno fue positiva y ligeramente mejor que la del año pasado.

Esto se valora, especialmente debido a que según comenta Jorquera, los empresarios no realizaron una promoción del destino con antelación, como sí ocurrió en ocasiones anteriores. Sin embargo, de todas maneras se registró un alza. Se piensa que esto se debe a que existe un interés anticipado con la compra de pasajes, aprovechando las tarifas promocionales principalmente de las líneas aéreas. Se destaca también el clima que es generoso en esta época del año, como también algunas actividades que se programaron en estas semanas de descanso estudiantil. Sin embargo, no deja de llamar la atención que en Tacna la ocupación hotelera fue de más del 85%, la mayoría, gracias a visitantes chilenos. Esto habla del trabajo que queda por hacer en términos turísticos en nuestra ciudad.

Arica no puede seguir dependiendo solo de su buen clima en términos turísticos, y de convertirse en una ciudad de paso para quienes finalmente van a Tacna. El turismo, como un eje de desarrollo en nuestra región, debe ser potente, ineludible, especializado, y cautivante.

No una circunstancia, como pareciera que a veces se ve en nuestra región, en donde bien vale analizar si la ocupación hotelera, efectivamente responde a una dinámica turística, con todos los servicios y encadenamientos que aquello involucra, o simplemente se trata de alojamientos generales.

A diario escuchamos o leemos sobre las demandas de nuestra sociedad en pro de la igualdad de género o demandas para que los problemas se aborden con una perspectiva de género. Esto que suele parecer propio del ámbito académico o que sólo afectaría a ciertos sectores de la población, es un profundo error, pues cuando queremos que nuestros problemas se aborden con una perspectiva de género pretendemos que nuestra vida se mire lejos de los estereotipos que hemos entendido como naturales al ser humano.

En el ámbito del Derecho nuestra carta fundamental prohibe cualquier forma de discriminación arbitraria. Chile ratificó la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), lo que hace indispensable una adecuación de la normativa existente y, lo que es más importante, algunos cambios culturales para lograr en la práctica la ansiada igualdad de género. Pese a los avances legislativos al día de hoy las desigualdades subsisten en diferentes esferas de nuestra vida diaria, como es patente en la violencia de género, la publicidad sexista, la promoción laboral y el trato en general que discrimina entre los distintos sexos.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de cada tres mujeres en el mundo ha sufrido violencia física y/o sexual de su pareja, o violencia sexual por terceros. A la vez, un 38% de las mujeres que mueren en el mundo lo son a causa de la violencia de género (WHO, Reportaje Violence of Women).

A nivel global existan países en los que las mujeres reciben salarios de un 75% menos que los hombres y a nivel mundial sólo el 21% de los puestos directivos son ocupados por mujeres (Internationalbusinessreport.com), por lo demás sólo un 4,6% de mujeres ocupan cargos gerenciales y un 19,2% son consejeras.

La importancia de la aplicación de la perspectiva de género en la legislación radica en que mejora la vida diaria de las personas, de las sociedades y de los países, enriqueciendo todos los ámbitos, es decir, no se limita solamente a las políticas focalizadas a favor de las mujeres.