¿Cómo evitar que una lluvia se convierta en un desastre?
Esa es la pregunta que varios nos estamos haciendo, después de los sucesos ocurridos, durante el pasado verano en la región de Arica y Parinacota. Fenómeno, que en los valles, rompió canales, aumentó caudales de los ríos, inundó plantaciones agrícolas y viviendas, cortó caminos y anegó puentes.
Los habitantes de esos lugares, tenían la percepción de habitar una quebrada "Seca", otros indicaban que la última vez que bajó agua fue hace más de 60 años, y así vamos construyendo la historia desde los relatos de los más ancianos. Sin embargo ¿En qué minuto se nos olvidó o dejamos pasar estos sucesos? Iniciando un habitar territorial que no comprendemos, y que no hemos sido capaces de construir con nuestros vecinos y vecinas, ya fue leído en el relato de Jorge Rojas, nuestro modelo económico ha influido en lo que somos actualmente, individuos.
En relación al contexto anterior, quiero compartir la relación del pueblo aymara con su entorno. Trataré de representarlo, a través de algunos relatos de personas aymaras que fueron parte de una investigación que realice para mi tesis de Magister hace unos años atrás, desde esas conversaciones quedó en mi memoria el concepto "Ayni", que en relación a la descripción de los aymaras es un acto social de reciprocidad entre las personas de una comunidad, acción que fortalece los vínculos humanos.
Ellos me contaron varias historias interesantes relacionadas al Ayni, una de ellas trataba sobre el trabajo comunitario en los meses de mayo, después de las lluvias estivales, el relato continua de la siguiente manera "Nosotros trabajamos desde la comunidad de aguas, esta organización nos agrupa a todos como miembros. Desde esa plataforma hacemos la limpieza de canales, una vez que termina la lluvia altiplánica, todos nos juntamos y arreglamos los canales, no importa si uno pasa por la chacra de José o Gregoria, acá todos nos juntamos para mejorar los canales, para que el agua riegue las terrazas y chacras, de esa manera no la desperdiciamos y permitimos que en la próxima lluvia el agua llegue a regar la tierra".
Los habitantes de precordillera y altiplano, saben que las lluvias estivales, permiten cultivar en el desierto más árido del mundo, por eso conservan y cuidan sus técnicas ancestrales, para seguir produciendo y cuidar el escaso recurso. Estas acciones de reciprocidad anterior al Estado Chileno, son informales no instrumentalizadas, las que nos permiten apreciar la organización política y social de algunos pueblos originarios y además la relación y adaptación que han tenido con su territorio, donde cada una de sus ceremonias tiene relación con el ciclo de las estaciones climáticas y la conservación de sus recursos. Asimismo, al reflexionar sobre las vivencias de las personas, me permitió entenderla como una herramienta de prevención y mitigación de desastres desde la cultura Aymara, trabajo comunitario que ha traspasado el modelo impuesto, ya que nos enseña a aprehender mejor de los pueblos originarios y la relación con su entorno.
Daniela Aragón Urtubia
Fundación Trashumante