Una buena y una mala
Una buena:
Fue aclamada por todos, con aplausos y algazaras, en la Cuenta Pública, la idea de rebajar el número de senadores y diputados en nuestro Congreso, una medida muy necesaria para mejorar la deteriorada imagen que tiene la Familia Política & Asociados en la ciudadanía...
Una mala:
Sin embargo, a la muy aplaudida propuesta anterior, le faltó la guinda, para hacerla perfecta, toda vez que nuestro presidente Piñera, no incluyó el necesario aumento de los requisitos exigibles a los futuros candidatos al Congreso, acordes a los tiempos y a las exigencias actuales, recordar que hoy, en palabras simples, solo se exige, ser chileno, tener 4º medio y respirar, sin lugar a ninguna duda absolutamente inconsecuentes con todas las responsabilidades, decisiones y alcances que tienen las acciones de los parlamentarios en los chilenos, además con el agravante de tener que ser apuntalados por batallones de asesores, financiados por todos los mismos chilenos, cuando cuentan con una exigua preparación para poder ejercer las funciones principales de sus cargos, el legislar, fiscalizar y representar a sus electores en plenitud...
Muy bien la rebaja del número de parlamentarios, muy mal la omisión de elevar los requisitos para postular al Congreso, para terminar una pregunta...
¿De aumentarse los requisitos para postular al Congreso, haciéndolos más concordantes con las exigencias del cargo de parlamentario, muy similares a los exigentes requisitos que debemos cumplir todos los chilenos cuando postulamos al ansiado trabajo, mantendría el tan masivo número de candidatos a diputados y senadores que existe hoy en cada elección, casi convirtiéndolos en los trabajos más deseados por muchos, ó permitiría que los futuros integrantes de nuestro Congreso sean verdaderamente los que Chile se merece y necesita, en la cantidad y con la calidad que los tiempos requieren?
Democracia de los acuerdos
El "sí se puede" exclamado en el congreso pleno el fin de semana pasado demuestra que la democracia de los acuerdos aun es posible, esa que personas como Sergio Díez forjaron con esperanza y fe en una Patria libre y en paz, aquella que piensa en el progreso de Chile antes que desventuradas y febriles ideologías fracasadas que tanto daño le han hecho a la humanidad.
Curiosamente depende de ellos y nuestras autoridades que el mandato ciudadano pueda tener un sentido real, esperando altura de miras y pensando en el futuro de nuestro país.
Luis Enrique Soler Milla
Francisco Sánchez
Historiador