Deseo referirme a la opinión del Senador José Miguel Insulza, la semana pasada, sobre la salud mental de la población en Chile y en particular en la región de Arica y Parinacota. Tratar la salud mental y los demás trastornos psicosomáticos como un problema, es equivocar el diagnóstico. La salud mental es el efecto de una serie de condiciones socioeconómicas de carácter estructural que se implementaron en Chile en los años 80 con sus causas y circunstancias. Son parte de esta condición su carácter competitivo, desigual e injusto. La incertidumbre en las personas tiene como efecto la ansiedad; para muchas de ellas, la incapacidad de pago de las cuentas a fin de mes, tiene como efectos las tensiones y el estrés. La desesperanza, la depresión. Nuestro estilo de vida se ha tornado un riesgo para nuestra salud mental. Tocqueville ya alertaba en el siglo XIX, que el progreso económico genera más ocasiones para el abuso al hacer entrar en contacto a más individuos con la ineficiente administración estatal.
A los políticos siempre se les ha criticado esa falta de empatía con las personas, el individuo con emociones, sujeto de derechos, el ciudadano en definitiva. Los estudios de la psicología política nos han demostrado que el ejercicio abyecto del poder político, la persistencia de sistemas no democráticos y la presencia de gobiernos corruptos inciden significativamente sobre los índices de felicidad (y la salud mental en general). La felicidad por su parte, es la ausencia del miedo. El miedo de perder el trabajo, de ser asaltado, de ser atropellado. Punset nos dice: "Cualquier búsqueda de la felicidad que dependa exclusivamente de las consabidas interacciones con el dinero, el trabajo, la etnia o la salud está condenada a fracasar estrepitosamente". La felicidad depende de interacciones con puntos que no están en esas coordenadas. No confundamos entonces, causas, problemas y efectos. Elaboremos políticas públicas que tengan como finalidad la felicidad.
Las 7 vidas de "Azúcar"
El titular decía... "Incendio consumió hogar, pero la mascota se salvó", de noticia publicada en La Estrella de Arica (15/05), la cual detallaba la sobrevivencia del gatito llamado "Azúcar", sano y salvo, a pesar del voraz incendio, lo que trajo mucha alegría a su familia, lo anterior solo confirma que sí los mininos tienen 7 vidas, un gran saludo a quienes cuidan a "Azúcar", que se nota que lo quieren, de parte de nuestra gatita Oliva, siempre tan preocupada de sus pares y me recuerda que nadie le cuente de las 7 vidas de los gatos, para que "Azúcar" no se arriesgue innecesariamente...
Iván Godoy Flores
Instituto de Psicología
Universidade de São Paulo
Luis Enrique Soler Milla