Expertos critican veto al celular para evitar bullying en un liceo
Tribunal de Calama prohibió los dispositivos tecnológicos en las aulas de un colegio por rencillas entre alumnas, pero psicopedagogo afirma que es la peor solución al problema.
Diego Gotelli C.
Una mañana convulsionada vivió ayer el Liceo Jorge Alessandri de Calama, ya que cuando llegaron sus alumnos a clases se enteraron que desde el próximo lunes su jornada escolar tendrá un cambio radical: durante todo el día no podrán tener acceso a celulares o algún aparato tecnológico.
La medida generó la molestia de alumnos y también de apoderados, quienes criticaron a la administración que ahora no podrán comunicarse con sus hijos ante emergencias. Pero la rectoría poco puede hacer, porque el veto se basa en un dictamen del Tribunal de Familia local para evitar casos de bullying.
El fallo hace frente a un episodio de cyberbullying que terminó con una pelea entre dos alumnas el mes pasado en el patio del establecimiento, quienes tenían una rencilla por redes sociales. Tras llegar a tribunales, la corte ordenó aplicar un artículo del manual de convivencia del liceo que prohibe el "uso de teléfonos móviles, mp3, mp4, u otros elementos electrónicos".
"Aquí hay elementos de acoso escolar, de cyberbullying, incluso se podría hablar de grooming, en donde los alumnos al discutir usan fotografías muy atentatorias contra su dignidad y desencadenó en una tremenda pelea", explicó el juez de la causa, Jorge Saavedra.
La prohibición comenzará a regir el 13 de mayo y aplicará desde octavo básico a cuarto medio por todo el 2019. Para cumplirlo, el recinto habilitará una custodia donde los estudiantes podrán guardar los aparatos para ser retirados al final de la jornada.
"Nosotros acatamos y no tenemos una mayor injerencia. Sin embargo, si alguien se opone a la medida tenemos el deber de informarle al tribunal, que citará al apoderado del alumno", señaló el director del liceo, Juan Barraza.
Expertos con dudas
Para quienes estudian casos de cyberbullying, la medida, lejos de mejorar la situación, puede incluso empeorarla. Así lo afirma Xavier Oriol, académico del Núcleo de Investigación en Educación de la Universidad Alberto Hurtado, quien asegura que la pura prohibición "no soluciona el problema de fondo".
Para el psicopedagogo, las características propias de este tipo de bullying, que consiste de un ataque virtual que puede cometerse tanto dentro como fuera del colegio, hacen que un veto de celulares durante ciertas horas del día sea "una forma reactiva de intentar tapar el conflicto, pero este sigue estando allí. Si no enfrentamos el problema no va a servir absolutamente de nada".
Para ello aconseja que estos casos se aborden como comunidad, con un encargado de convivencia escolar que dialogue con todos los implicados y explore en las emociones que experimentan en la problemática, "y a partir de ahí, mediante la empatía, ver cuál es la mejor forma de resolver el conflicto". Por ello, cree que lo peor es que los casos lleguen a la justicia en vez de ser tratados internamente. "Es muy preocupante que esta solución se masifique, porque no va a disminuir la prevalencia de los fenómenos del cyberbullying".
En la misma línea, la sicóloga de la Universidad San Sebastián, Ximena Rojas, dijo a radio Cooperativa que esta medida solo sería efectiva si el colegio se hace cargo de las peleas al interior del recinto. "Si no está eso de la mano, es una medida disciplinaria que le resta comprensión y el sentido que tiene", enfatizó.